El Gobierno estadounidense decidió cambiar su estrategia de aplicación de las vacunas contra la covid-19 y ya no reservará la segunda dosis de la que consta la inmunización, al tiempo que pidió a los estados que comiencen ya a vacunar a los mayores de 65 años y no esperen a inocular a todo el personal sanitario.
Los representantes de la Operación Warp Speed («Más veloz que la luz», en inglés) anunciaron este martes que acelerarán la aplicación de las dos vacunas aprobadas hasta el momento contra la covid, la de Pfizer y la de Moderna, con nuevas recomendaciones a los estados, los encargados de suministrarlas.
«No queremos que ninguna vacuna se eche a perder o esté sin suministrarse en un congelador», indicó el secretario de Sanidad, Alex Azar, después de las críticas de que los planes para inyectar las vacunas a la población desde diciembre iban con grandes retrasos y algunas dosis se podían caducar.
En un principio, las autoridades consideraron que era adecuado suministrar la primera dosis de las vacunas y reservar otras para aplicar la segunda que se requiere a las tres semanas, pero debido a que el sistema de producción de las mismas se ha acelerado, las autoridades recomiendan usar casi todas las dosis que estén disponibles sin almacenar.
La segunda dosis se administrará según vaya siendo requerida y se obtendrá directamente de la cadena de producción y no de almacenaje previo, como hasta ahora.
Este cambio se anuncia después de que el presidente electo, el demócrata Joe Biden, que asumirá el poder la semana que viene, anunciara que una de sus primeras medidas sería dedicar casi todo el inventario disponible a vacunar inmediatamente a la población prioritaria.
Azar dijo que algunos gobernadores «han sobreactuado» al esperar a vacunar a todo su personal sanitario antes de proceder a inmunizar a otros colectivos prioritarios y urgió a dar inmediatamente acceso a las vacunas a los mayores de 65 años.
Azar también reveló que ha habido problemas a la hora de llevar un control exhaustivo de la campaña de vacunación en algunos estados y que esperan mejorar ese apartado para equilibrar bien las necesidades de dosis de cada región.
Cerca de 378.000 personas han fallecido en Estados Unidos por la pandemia de la covid-19 y más de 22,6 millones han sido infectadas, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), desde mediados de diciembre se han administrado más de 9 millones de dosis de la vacuna en el país.
EFE