Kanye West, en paradero desconocido desde noviembre

Lo anunció el «New York Post» en la madrugada del 5 al 6 de enero: Kim Kardashian (40 años) y Kanye West (43) han iniciado el proceso de divorcio. Que el rapero y la estrella de la televisión americana hacían vidas por separado desde hace algo más de un año, era de dominio público. Y si no se pronunciaron entonces sobre su distanciamiento, tampoco parece que lo vayan a hacer ahora tras darse a conocer su ruptura definitiva. En este tipo de situaciones, cuando los personajes son públicos, lo habitual es que ambos emitan un comunicado conjunto o que guarden silencio, todo depende de la sintonía que haya entre ellos al inicio del divorcio.

En el caso de Kim y Kanye se unen varios factores para que impere el silencio. Por un lado, los dos han tratado por todos los medios de solucionar sus diferencias, incluso durante un tiempo acudieron a terapia en pareja. Además, en procedimientos donde los protagonistas son famosos y hay menores involucrados -en su caso cuatro hijos: North (7), Saint (5), Chicago (2) y Psalm (1)-, lo más prudente es dejar que los abogados se entiendan o, si no pueden llegar a un acuerdo, que los jueces intervengan. La justicia, aquí y en Estados Unidos, es muy garantista respecto a los menores de edad y cualquier declaración que Kim o Kanye hagan sobre los pormenores de su ruptura podría ser perjudicial para ellos a la hora de negociar el divorcio o la custodia de los niños.

De Kanye se ha sabido poco, por no decir nada, en las últimas semanas. No hay imágenes de él por la calle tomadas por algún fotógrafo y tampoco se sabe con quién ha pasado los días de Navidad. El rapero lleva desde el 4 de noviembre sin dar señales de vida en sus perfiles en las redes sociales. Aquel día se votó a sí mismo en unas elecciones en Estados Unidos donde no obtuvo más de 60.000 votos en todo el país. «Hoy voté por primera vez en mi vida por el presidente de los Estados Unidos, y es por alguien en quien realmente confío… en mí», escribió aquel día en sus cuentas de Instagram y Twitter.

«Kris Jong-Un»
Se desconoce si su estrepitoso fracaso electoral le hizo a Kanye tocar fondo y por eso ha desaparecido. Lo que sí se sabe es que la carrera presidencial del rapero fue «la gota que colmó el vaso» para Kim, quien hasta ese momento había luchado por salvar su matrimonio, tal y como ha publicado hoy «Page Six». Y es que, la campaña electoral tan surrealista de Kanye fue lo que le hizo ver a Kim que «necesitaba terminar con su matrimonio por el bien de sus hijos y su propia cordura». «Kim apoyó mucho a Kanye durante su lucha con sus problemas mentales. Pero ella sabe que tiene que hacer lo correcto por sus hijos», contó una fuente cercana a la familia a «Page Six». Por otro lado, que durante la campaña él llamase a su suegra Kris Jenner «Kris Jong-Un» y que revelase además que él quería que su mujer abortase cuando se quedó embarazada de North, su primera hija, remató a Kim. Por eso ella nunca le apoyó públicamente durante la campaña. «Su silencio al respecto lo decía todo», explicó la misma fuente.

Tras aquellos ataques, a Kim no le quedó más remedio que confesar que a su marido le habían diagnosticado trastorno bipolar, algo que él ya había dejado caer en alguna de sus publicaciones en redes sociales. «Cualquiera que lo padezca o tenga un ser querido en su vida con la enfermedad, sabe lo complicado y doloroso que es. Nunca he hablado públicamente sobre cómo nos ha afectado, pero siento que debería comentarlo debido al estigma y las ideas erróneas sobre la salud mental», contó ella en Twitter.

Precisamente por su trastorno bipolar, estos últimos días se ha especulado en algunos medios estadounidenses con la posibilidad de que Kanye se encuentre ingresado en alguna institución mental. Allí estaría recibiendo el tratamiento psiquiátrico que durante meses se negó a recibir. Quizá uno de los requisitos para establecer un régimen de visitas con sus hijos sea que un médico siga la evolución de su caso y su tratamiento. Otras informaciones sitúan al rapero en su rancho de Wyoming, donde lleva viviendo desde hace más de un año.

Mientras tanto, a Kim se la ha visto relajada y despreocupada junto a sus hermanas, su madre y sus hijos en una mansión que su familia ha alquilado en el lago Tahone (en las montañas de Sierra Nevada, en la frontera entre California y Nevada) a razón de 5.000 euros la noche. Pasó Nochevieja, también con sus hijos, en casa de su hermana Kourtney. Kim se disfrazó de Grinch y su hermana de Santa Claus. Recibió el 2021 en familia. Si de Kanye no se sabe nada, lo que parece claro es que Kim se ha refugiado en su madre y sus hermanas.

ABC

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