Marca la diferencia. Por Aylen Bucobo (@aylenbucobo) 

“Si piensas que eres demasiado pequeño para marcar la diferencia, intenta dormir con un mosquito en la habitación”, Dalai Lama

 

¿Qué es estar del otro lado? Quizás hoy te toque estar sentado (a) en una cafetería con las piernas cruzadas, tomando un café y disfrutando del cálido clima que brinda el verano. Pero ¿mañana estarás allí?, y si estás al otro lado, sosteniendo con una mano la tapa del contenedor de basura y con la otra, buscando entre los desechos, algo de comer.

 

El mundo es un contraste, no solo de particularidades, diferencias o colores, sino también, del que hoy puede pagar una cuenta en un restaurante y del que no puede hacerlo y recoge del suelo las migajas que caen de la mesa. 

 

Todos existimos, tanto el que está de este lado de la calle como el que está del otro, tanto el que puede pagar un helado como el que ansía poder comer uno. Siempre es un buen tiempo y momento para compartir y dar al necesitado. 

 

Desviar la mirada y mover la cabeza como si nada pasara, no nos hará sentir bien. La caridad y la bondad van de la mano con las buenas obras. Sentir compasión por aquel que está bajo el sol, con las gotas de sudor en su frente y con los pies tostados del calor, te hace ser alguien sensible, pero brindarle tu ayuda, te hace ser un mejor ser humano. 

 

Somos visibles, tanto aquel que tiene talento y se sube en medio de un escenario para cantarle a un numeroso público que antes compró unas entradas para disfrutar del concierto, como el que canta en las calles del centro con un micrófono, un pequeño parlante y coloca un sombrero en el suelo para recoger la limosna del que se conduele al verlo pasar. 

 

Debemos reconocernos por quiénes somos, sin importar la condición social o económica, si nuestra prenda de vestir es de buena marca o los zapatos son de imitación.

 

Cada persona aporta un granito de arena en la construcción de la sociedad y en la evolución de su entorno, por tanto, no define lo que es su apariencia sino lo que tiene en su corazón y por la forma en que actúa con los demás.  

 

En ese aporte es tan relevante el trabajo del que barre las calles, como el que se encarga del funcionamiento de un edificio. Cada quien da su aporte desde su espacio y ámbito de labor. 

 

Aquellos que no tienen un rol definido, porque duermen en las bancas de las plazas y su hogar es donde les depare la noche, necesitan una mano para salir adelante.  

 

Eres una excepción cuando marcas la diferencia, cuando haces una buena obra.

 

Sentir en carne propia el dolor del otro y ponernos en sus zapatos, sin cargar su cruz, nos permite ver su situación con imparcialidad sin juzgarlos. 

 

Hacer lo que debemos y no lo que podemos. Decirte a ti mismo: hice lo que debía y no lo que pude, porque entonces, significa que diste lo que te sobraba y no lo que en verdad poseías y podías compartir.

 

Practicar el desprendimiento te ayuda a crecer como persona, te enseña a desligarte de lo material y te lleva a poner tu corazón en lo esencial y no en lo superficial, sino en lo verdadero y duradero.  

 

El desprendimiento es dar al necesitado sin esperar nada cambio. Es dar lo que posees y no lo que te sobra. .

 

Somos visibles cuando buscamos el empoderamiento y la autogestión, adatándonos a cada lugar y circunstancia. Existimos porque estamos vivos y por esencia o convicción pertenecemos a un lugar.

 

Es cierto, que el mundo es un contraste, pero nosotros podemos marcar la diferencia, dándole valor a todos, respetando al otro por lo que es y no por lo que tiene.

 

Sé tú mismo, pero marca la diferencia: distínguete cambiando las cosas y teniendo una influencia positiva en los demás, tiende tu mano a quien necesite de ti y no seas cuadrado (a), abre tu mente. ¡Vive desde el amor! No desde la superficialidad.  

 

Aylen Bucobo
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