La carrera contra el virus que causa el COVID-19 ha dado un nuevo giro: están apareciendo mutaciones rápidamente y, cuanto más tiempo se tarde en vacunar a la población, más probable es que surja una variante que pueda eludir las pruebas, el tratamientos y las vacunas actuales.
El coronavirus está ganando diversidad genética, y las autoridades de salud dicen que la alta tasa de nuevos contagios es la principal causa. Cada nueva infección da al virus una oportunidad de mutar al copiarse, amenazando con deshacer el avance logrado hasta el momento para controlar la pandemia.
La Organización Mundial de la Salud pidió el viernes más esfuerzos para detectar nuevas variantes. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) dijeron que la nueva versión identificada por primera vez en Gran Bretaña podría ser la dominante en el país en marzo. Aunque no genera cuadros más graves, provocará más hospitalizaciones y muertes porque se propaga con mucha más facilidad, señalaron los CDC, alertando de “una nueva fase de crecimiento exponencial”.
“Nos lo estamos tomando realmente muy en serio”, señaló el sábado el doctor Anthony Fauci, el máximo experto del gobierno estadounidense en enfermedades infecciosas, en el programa “Meet the Press” de la televisora NBC.
“Necesitamos hacer todo lo que podamos ahora para lograr que las transmisiones sean lo más bajas posibles”, apuntó Michael Mina, médico en la Universidad de Harvard. “La mejor forma de evitar la aparición de variantes mutantes es ralentizar los contagios”.
Por el momento, las vacunas parecen seguir siendo eficaces, pero hay indicios de que algunas de las nuevas mutaciones podrían socavar las pruebas de detección del virus y reducir la eficacia de los medicamentos de anticuerpos como tratamiento.
“Estamos en una carrera contra el tiempo” porque el virus “podría toparse con una mutación” que lo haga más peligroso, afirmó la doctora Pardis Sabeti, bióloga evolutiva del Broad Institute del MIT y Harvard.
La gente joven puede estar menos dispuesta a llevar mascarilla, evitar las multitudes y tomar otras medidas para evitar los contagios porque la variante actual no parece provocarles cuadros graves, pero “en un cambio mutacional, podría”, advirtió. Sabeti documentó un cambio en el virus del ébola que lo agravó durante el brote de 2014.
AP