El diario Frankfurter Allgemeine Zeitung analizó la decisión de la UE de no reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Acá unos extractos de la nota:
«No es un cambio político», dice un alto funcionario de la UE a FAZ. «Aunque la UE no reconozca a la nueva Asamblea Nacional, el mandato de la anterior ya concluyó y Guaidó ya no es el presidente. Sin embargo, se apuesta por que pueda poner de acuerdo a la oposición. Esa es la condición para que se produzca el cambio político que Borrell apoya con todas sus fuerzas», prosigue el funcionario.
Borrell trató el año pasado una y otra vez de ejercer algún tipo de influencia sobre el régimen. En otoño envió a su jefe de gabinete a Caracas para pedir el aplazamiento de las elecciones a la Asamblea Nacional. Todo en vano.
La declaración de la UE ha enfadado a Guaidó y sus seguidores en Venezuela. Pero, en realidad, se trata de un gesto realista, porque allí apenas nadie ve a Guaidó como presidente interino. Hace dos años la situación era diferente: el joven diputado ascendió como de la nada a oponente de Maduro.
Su proclamación como presidente interino, débilmente sustentada sobre algunos artículos de la Constitución, formaba parte de una estrategia acordada previamente con Washington. Se suponía que el régimen de Maduro se doblegaría en pocos días ante la presión del reconocimiento internacional de Guaidó. Pero Maduro, gracias a la lealtad del Ejército, se mantuvo en el poder, y el fracaso de Guaidó se hizo cada vez más evidente. (…)
Con la degradación de Guaidó de presidente interino a miembro de la ‘Asamblea Nacional saliente’, la UE reconoce indirectamente el fracaso de su estrategia hasta ahora. Al mismo tiempo, se abre la puerta para canalizar por otras vías su compromiso con Venezuela y apoyar la lucha de la oposición para lograr un cambio político en el país. Se trata de alejarse del duelo entre Guaidó y Maduro y encaminarse hacia un diálogo más amplio y un proceder pragmático en cuestiones como la ayuda humanitaria y la reconstrucción económica. (…) El nuevo Gobierno de EE. UU. sigue reconociendo a Guaidó como presidente interino. Antony Blinken, ministro de Exteriores de Biden, dijo que había que seguir presionando al ‘brutal dictador’ Maduro. Pero también en Washington hay la sensación de que, a pesar de todos los esfuerzos, ‘no se han logrado los resultados deseados’ y que hay que refinar la estrategia en Venezuela. Blinken también dijo querer impulsar una coordinación más estrecha con la UE y con los países latinoamericanos».
DW