El joven izquierdista Andrés Arauz ganó el domingo la primera vuelta electoral bajo la sombra del prófugo expresidente Rafael Correa, pero se mantiene la incertidumbre del segundo lugar entre el postulante de los indígenas, Yaku Pérez, y el exbanquero de derecha Guillermo Lasso .
De acuerdo con los resultados de un conteo rápido oficial, Arauz —delfín de Correa, actualmente fuera del país sentenciado por corrupción— obtenía el 30,91% de la votación, mientras que Pérez conquistaba el 20,99%, y Lasso el 19,23%. Más atrás y de forma inesperada se ubicó el socialdemócrata Xavier Hervas, con 16,53% cuando se había contabilizado el 46,98% de las actas.
El analista y profesor de la universidad Andina, Gustavo Isch, en declaraciones a The Asspociated Press dijo que “quien ganó no es Arauz, ganó Correa, porque no propuso nada nuevo a lo que Correa manejó cuando era candidato y cuando administró el país durante diez años. La oferta de Araúz es. vamos a volver a lo que teníamos con Correa” y recordó que la campaña de este candidato tuvo como base una maqueta tamaño original del exmandatario con la que se paseaba por todo el país. Añadió que sería más fácil que Pérez gane a Arauz en segunda vuelta antes que Lasso remonte la situación.
Correa, un izquierdista de 57 años, gobernó entre 2007 y 2017 teniendo como aliados a los entonces mandatarios Fidel Castro de Cuba, Hugo Chávez de Venezuela, ambos fallecidos, y Cristina Fernández, ahora vicepresidenta de Argentina.
Este expresidente sigue siendo popular entre millones de ecuatorianos después de gobernar durante un período de crecimiento económico impulsado por un auge petrolero y préstamos de China que le permitieron expandir programas sociales, construir carreteras, escuelas y otros proyectos. No obstante, cada vez más tomó medidas enérgicas contra sus opositores, la prensa y las empresas durante su última etapa en el cargo y se peleó con grupos indígenas.
La situación electoral mantiene en la incertidumbre a los ecuatorianos debido a la indefinición con miras a la segunda vuelta electoral fijada para el 11 de abril.
El politólogo y analista Jorge Ortiz explicó a la AP que el resultado de Pérez “no se explica sólo con el voto indígena ni ecologista; evidentemente hay un componente alto de votación urbana y esa votación es joven. Al voto indígena se sumó un voto urbano joven al que gustaron las propuestas verdes”.
“Lo que ganamos en las urnas, en el corazón de los ecuatorianos no pueden robarnos … Tenemos un plan de vigilia activa y respetuosa. Si es necesario vamos a dormir aquí (en el Consejo Electoral)” para defender los resultados, dijo Pérez tras el anuncio de los resultados.
Isch advirtió que es preocupante lo que está sucediendo “porque dudo mucho que los indígenas permitan que les quiten ese segundo lugar, están jugando con fuego y deben tener presente lo que ocurrió en octubre del 2019”, cuando una revuelta indígena en contra del alza del precio de los combustibles literalmente sitió a todo el país por 11 días y casi termina con el gobierno de Lenín Moreno.
Arauz, por su parte, aseguró que “estamos en el primer lugar, hemos recibido una votación abrumadora”, mientras que Lasso reaccionó diciendo: “Mi felicitación al pueblo ecuatoriano quien con más de 65% le han dicho ‘no’ al modelo totalitario y populista que pretende volver al gobernar el Ecuador con recetas y medidas que han fallado en todos los países del mundo donde las han aplicado”.
Durante la jornada electoral, se registraron largas filas de ciudadanos alrededor de los recintos electorales, especialmente en las grandes ciudades, a veces con horas de espera, antes de que los votantes portando mascarilla lograran sufragar acatando el distanciamiento social y las normas sanitarias que dispusieron las autoridades para evitar la acumulación de votantes dentro de los recintos electorales.
Ramiro Loza, de 37 años, dijo a la AP que “me resulta indiferente quien gane las elecciones, estamos acostumbrados a pensar que llega el mesías a resolvernos la vida y a mí ningún candidato me resuelve nada. Durante la cuarentena mis ingresos se redujeron un 80% y los políticos no me dieron de comer. Soy yo quien se levanta a hacer realidad mis proyectos”.
Dieciséis candidatos compiten por suceder a Moreno, un protegido que luego se convirtió en rival de Rafael Correa, quien gobernó Ecuador durante una década y sigue gravitando a pesar de una condena por corrupción que le impidió buscar la vicepresidencia este año.
Arauz no pudo ejercer su voto en Quito debido a que estaba empadronado para hacerlo en México, donde vivía hasta poco antes de su postulación, y no cambió su domicilio electoral. El domingo optó por acompañar a su abuela Flora Galarza a votar en un centro instalado en el norte capitalino.
Para ganar la presidencia en primera vuelta y evitar un balotaje, un candidato debe obtener la mitad más uno de los votos válidos o el 40% de los sufragios y una ventaja de 10 puntos sobre su más inmediato rival.
El ganador asumirá las riendas del país el 24 de mayo. Tendrá que trabajar para sacar a la nación productora de petróleo de una crisis económica cada vez más profunda que ha sido exacerbada por la parálisis productiva y comercial causada por pandemia.
El país de 17 millones de personas había registrado más de 253.000 casos y casi 15.000 muertes por COVID-19 hasta el viernes, según datos de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos.
AP