Más de una vez, en mis artículos de opinión, he vislumbrado la posibilidad de que en algún momento, más temprano que tarde, la sociedad civil organizada puede jugar un papel determinante, a los efectos de abordar en serio la tragedia multisectorial que está acabando con Venezuela. He coincidido con otros analistas en este tipo de planteamientos, que recogen la más alta aspiración del país en la actualidad.
También es cierto que las academias, algunos sindicatos, las universidades autónomas, el sector empresarial, la iglesia y distinguidas personalidades de reconocida trayectoria, han aportado iniciativas y recomendaciones para enfrentar la crisis con posibilidades de éxito. Lamentablemente quienes están obligados a escuchar se han tapado los oídos. Me refiero, precisamente, a la clase política organizada en partidos, tanto del gobierno como de la oposición.
Después de tantos intentos fallidos, parece que ha llegado el momento en que la sociedad civil, ahora aglutinada en un movimiento denominado FORO CÍVICO NACIONAL, sí está dispuesta a tomar el toro por los cuernos. Esta vez, ahora así, las principales fuerzas organizadas de los sectores más representativos del país, agrupados en un solo bloque de opiniones y voluntades, sin pretender sustituir a los partidos políticos, le está reclamando a estos entes inmanentes de la democracia, que asuman la responsabilidad que a ellos atañe y que coloquen sus oídos en el corazón del pueblo, pues es ésta la única manera de captar sus palpitaciones.
Está circulando un documento al respecto, formalmente publicado, cuyo contenido y orientación ha trascendido nacional e internacionalmente. “Es tiempo de Entendernos”; así se titula dicho documento, en el cual se dibuja nítidamente la grave situación económica y política de Venezuela. Resalta lo peor que está ocurriendo: la terrible crisis humanitaria que se expresa, fundamentalmente, en hambre, muerte, colapso de servicios públicos, emigración creciente y continua, elevadas cifras de desnutrición actual y con alarmante proyección a futuro, entre otras preocupantes calamidades.
Sin duda, la verdadera intención del Foro Cívico Nacional está orientada a la búsqueda de entendimientos serios y definitivos entre los diferentes partidos políticos, tanto del régimen como de la oposición, cuya finalidad prioritaria sea Venezuela; en especial un acuerdo para atender la crisis humanitaria.
La brasa está ahora en manos de la clase política. ¡Cuidado si se queman por inercia! Esas quemaduras tardan en sanar.
Se trata de un documento público, abierto para que cualquier ente social o personas interesadas en un entendimiento nacional, lo suscriban. En síntesis, los acuerdos y consensos deben lograrse en función de soluciones duraderas y definitivas.
Antonio Urdaneta Aguirre
urdaneta.antonio@gmail.com
@UrdanetaAguirre