«Hoy voy a aprobar una orden ejecutiva para comenzar el duro trabajo de restaurar nuestro programa de admisiones de refugiados para contribuir a responder a una necesidad global sin precedentes», aseguró Biden tras firmar el decreto.
Esta cuota se fija según los años fiscales, es decir que los 125.000 refugiados empezarán a contar a partir del mes de octubre de 2021.
La cifra no solo supera con creces las promulgadas durante la presidencia del republicano Donald Trump, sino que también supera las que había impulsado la Administración de Barack Obama, que tenía a Biden como vicepresidente.
Biden quiere desmantelar las leyes de Trump en materia migratoria
El anuncio significa un viraje rotundo respecto a las políticas del republicano Donald Trump, que había fijado la cuota anterior en 15.000 personas refugiadas, la cifra más baja desde 1980, cuando ese país empezó a fijar topes en la materia.
Trump llegó a considerar a los refugiados como un problema de seguridad nacional y se refirió a ellos como una «carga». Sus políticas fueron especialmente restrictivas con la migración, aunque eso no impidió que miles de personas trataran de llegar a Estados Unidos.
«Tomará tiempo reconstruir lo que fue dañado», aseguró Biden durante el anuncio, pronunciado desde el Departamento de Estado, en Washington D. C. «Pero es precisamente lo que haremos», agregó.
De hecho, Biden ha firmado una decena de órdenes ejecutivas alrededor de asuntos migratorios en tan solo dos semanas en la Casa Blanca. Por ejemplo, promulgó un decreto para la reunificación de familias migrantes separadas en la frontera, entre otras.
De esta manera, la migración se está convirtiendo en uno de los estandartes del demócrata para marcar las diferencias entre su Administración y la de Trump, que tenía como insignia de su campaña construir un muro entre la frontera de Estados Unidos y México.
La crisis migratoria no da tregua
El anuncio de Biden llega en un momento históricamente difícil en lo que respecta a la migración y a los refugiados. La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, calcula que hay 1,4 millones de refugiados en todo el mundo que necesitan encontrar un hogar.
Además, la crisis migratoria sigue viva en el continente americano a pesar de la pandemia: en enero de este 2021, cerca de 9.000 personas ya emprendieron una marcha para llegar a Estados Unidos desde Honduras, una caravana que fue duramente reprimida por las fuerzas de seguridad de Guatemala.
Más allá del anuncio, faltará ver cómo se desarrolla la relación de la Administración demócrata con los países centroamericanos, con los que Estados Unidos tiene firmado todavía un acuerdo de «tercer país seguro».
Este pacto, impulsado por Trump, mantiene que los migrantes deben solicitar asilo al primer país al que llegan: en el caso de las caravanas de migrantes, eso significa que un migrante hondureño debe solicitar asilo en Guatemala, considerado un «país seguro», que sin embargo sigue azotado por las mismas violencias estructurales de las que huye el migrante promedio.
France24 con Reuters y EFE