Ana Rodríguez, oriunda de Bachaquero del estado Zulia-Venezuela, pide a las autoridades colombianas ayuda con el fin de tratar una complicación de salud que podría costarle la vida.
Rodríguez, llegó a la ciudad de Cundinamarca-Bogotá, hace un año y medio, junto con su esposo Williams Sánchez, en búsqueda de estabilidad económica y social.
Al mismo tiempo, la pareja se reencontraron con sus hijas, quienes ya tenían bastante tiempo en la capital neogranadina forjando un futuro fuera de sus fronteras.
Tras su llega la salud de la amenazada se vio amenazada por una enfermedad llamada Leiomioma uterino que le ocasiona fuerte dolencia en su zona pélvica, mucho sangrado y períodos menstruales prolongados.
Duilmar Sánchez, hija de Ana Rodríguez, manifestó que la enfermedad ha avanzado mucho y en los actuales momentos sólo está recibiendo tratamiento médico para controlar los constantes dólares y derrames.
“Mi madre necesita realizarse una biopsia curativa y una estereotomía lo más pronto posible, pero no contamos con los recursos económicos suficientes para este tipo de operación y sanar a mi madre”, resaltó Duilmar Sánchez, muy consternada.
De igual manera, precisó que el caso médico de Ana Rodríguez no ha sido atendido en el Hospital San Rafael de Facatativá, porque no cuenta con el Permiso Especial de Permanencia ni con el EPS (Entidad Promotora de Salud), documentos vitales para recibir atención médica.
Ana entró a Colombia de manera irregular, ya que en Venezuela no pudo tramitar su pasaporte por el alto costo y lo engorroso del sistema.
“Esperamos que las autoridades de salud de Colombia nos ayuden en este momento tan difícil y angustiante, ya mi mamá no soporta los fuertes dolores en la zona pélvica que no la dejan ser feliz y gozar del amor y travesuras de sus cuatro nietos”, expresó Duilmar Sánchez.
Sólo espera que una luz divina ilumine el corazón de las autoridades de salud de la hermana república de Colombia y puedan atender este caso humanitario a la brevedad posible.
Sin embargo, el objetivo de sanar la madre y abuela venezolana por parte de su núcleo familiar es el ‘pan nuestro de cada día’.
Por lo tanto, la familia de Ana Rodríguez comenzó con una campaña social para recolectar el dinero necesario para su operación y devolver el vigor y la fuerza que la caracteriza.
Los días pasan para Ana Rodríguez y su fe se acrecienta para conseguir esa mano amiga que necesita en estos momentos en su travesía migratoria.
Nota de Prensa/ Raúl Arroyo Valera