El partido del presidente Nayib Bukele, arrasó en las recientes elecciones municipales y legislativas de El Salvador. Es posible que estemos ante un fenómeno electoral, que pueda cambiar para siempre la manera de hacer y entender la política en la región, algo que lógicamente dará esperanza a algunos y preocupará a otros.
¡Pero, que esta realidad guste o deje de gustar a unos y a otros, no la hace menos real!
¡Nuevas Ideas el partido del presidente Bukele! Obtuvo una victoria histórica, desde las primeras elecciones después de la guerra en 1994, ningún partido había superado los 39 escaños en el Congreso, el partido Nuevas Ideas obtuvo 56 de los 84 escaños.
A nivel municipal, controlará más de la mitad de las alcaldías del país. Su partido obtuvo más votos, de los que computó cuando fue electo para el cargo de Presidente en el año 2019, lo que significa que no ha habido desgaste en lo que va de gestión, sino más bien crecimiento de su aceptación. Un dato que resalta. Puesto a que en este tipo de elecciones la participación de la gente disminuye y en tiempos de Pandemia suele descender.
A partir del mes de mayo, con el control de 2/3 del Congreso el Presidente Bukele, tendrá tanta capacidad de maniobra que sería más fácil enumerar lo que no podría hacer que lo que si, por ejemplo podrá aprobar Presupuestos, Préstamos Internacionales, designar al Fiscal General, designar el Procurador General y designar 5 de los 15 Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Además el Presidente, estará habilitado para suspender las “Garantías Constitucionales”, sin necesidad de negociar nada con ningún otro Partido.
Los principales perdedores de esta jornada electoral fueron los partidos FMLN y ARENA los dos partidos que desde el cese de la guerra, han gobernado al país.
Bukele desde que tomó la presidencia, ha responsabilizado a estos partidos de los problemas del país en los últimos 40 años. Un discurso que analizando los resultados, caló en la mayoría de la población. Esto y a la baja de los índices delictivos, sus dotes de comunicador hicieron el resto.
Ahora bien, la irrupción en el Congreso acompañado de militares a la Asamblea en febrero del año pasado, así como también supuestos casos de corrupción investigados por la Fiscalía, el asesinato de dos militantes del FMLN a manos de un oficial de seguridad del Ministerio de Salud, no parecieron pesar demasiado en la opinión de los electores.
No todo son buenas noticias para Bukele, porque a pesar que todos los Poderes que obtiene tras este resultado electoral, hay uno que no tiene a su alcance. El Presidente no puede volver a presentarse como candidato en el 2024 al concluir su mandato. La Constitución es muy estricta al respecto, e incluso contempla inhabilitaciones políticas, para quienes intenten reformar el artículo referente a la reelección del Presidente de la Republica. Por lo tanto, para el periodo 2024-2029 Bukele no puede postularse sin violentar la Carta Magna.
Hasta ahora ante cualquier problema no resuelto, el chivo expiatorio era la Asamblea que votaba en contra de las propuestas de Bukele. Ahora ese discurso será muy difícil de sostener, cuando en un par de meses asuma el control del nuevo Congreso.
Si las cosas no salen como se anunciaron, podrá pasar a responsabilizar a otros entes que lo contradigan, pero no será tan fácil, porque los Poderes obtenidos con esta victoria, serian la envidia de cualquier Jefe Estado. Si es cierto, que Bukele tenía las manos atadas ahora las tiene libres para tomar el volante de la nación y dirigir su destino.
A partir de mayo, el Presidente tendrá 3 años para avanzar en la solución de varios problemas pendientes sin poder responsabilizar de los contratiempos a una oposición atomizada e irrelevante.
Bukele, sigue siendo en gran medida una incógnita, una novedad en el panorama político latinoamericano, un político que en el año 2012 se calificó de izquierda radical y al poco tiempo dijo no ser de izquierda ni de derecha, sino un gestor de eficiencia. ¡Por cierto asesorado por un venezolano de corte socialista! Bukele, es de origen musulmán, su padre musulmán sufí y de madre católica, pero quien a la final profesa a Mahoma, asunto que se debe tomar en cuenta para otro artículo.
Nayib Bukele, en los dos años de gestión mantiene un discurso de responsabilizar de todos los males del país a los viejos partidos políticos. Como si él y los nuevos miembros del partido Nuevas Ideas, no tuvieran nada que ver con el asunto.
Bukele actual Presidente de El Salvador, fue miembro activo del partido izquierdista FMLN durante 5 años, con el que llegó a dos alcaldías, una de ella la de la capital del país. Varias de las personas que lo acompañaron en aquellas gestiones integran el nuevo gabinete y su partido Nuevas Ideas. El denominador común entre todos ellos incluido Bukele es que aquellos partidos los decepcionaron y por eso consiguieron un nuevo hogar en Nuevas Ideas, pero ni Bukele ni su partido nacen de la nada, ni están desvinculados de la política salvadoreña de las últimas décadas.
En el plano electoral podemos observar que los salvadoreños no votan más de lo que lo hacían antes, algo en común la abstención que ronda el 50%, aunque el lugar común que más se menciona es que Bukele cautivó a la juventud salvadoreña, en resultados reales no bajaron de barcos cantidad de nuevos votantes. Sino más bien, un cambio de preferencia de los votantes. En datos reales podemos decir que uno de cada dos votantes, esta desencantado de los políticos incluido Bukele.
Ahora el meollo a nivel continental sea o deje de ser algo novedoso; sino que sus partidarios lo defienden con la pasión de quien acertadamente o no cree en lo que dice, con el mismo fervor se oponen a él sus detractores. Dentro y fuera de El Salvador, los progresistas que lo adversan lo comparan con Trump, Bolsonaro y los conservadores lo comparan con Chávez.
Pero todos están de acuerdo que el carisma de Bukele, su estilo de gobernar y su discurso sirven para ganar elecciones. Con los años la política se ha ido decantando cada vez más hacia formulas ganadores, que hacia formulas detalladas. En términos de marketing, no importa que la gente conozca bien de que está hecho el producto, ni siquiera para que sirve, lo importante es que lo vote.
En Venezuela, llegó la bukelitis. Tal como se recoge de las RRSS y medios de comunicación 8 de cada 10 quiere un Bukele en casa. Ahora Bukele es el arquetipo de los electores venezolanos. Puesto a que este fenómeno se encuentra de moda y la sociedad venezolana es neofilista, cada uno quiere su versión de Bukele.
Asi que anótenlo, varios partidos de Venezuela van a buscar su propia versión de “Bukele” en los próximos meses para las elecciones de alcaldes y gobernadores, como la fórmula ideal para partidos políticos desgastados, envejecidos o desprestigiados y casi cualquier propuesta política puede bukelizarse.
El concepto es, que basta convencer a la mayor cantidad de gente posible de que se van a hacer las cosas bien, sin entrar demasiado en qué se va a hacer ni cómo se va a hacer. Lo que no quiere decir, que las cosas se hagan necesariamente bien, o necesariamente mal, sino todo lo contrario.
Asi que, quien lo diría pero como ven, lo que suceda en los próximos años en el país pequeño de la América Latina, puede ser determinante, en términos políticos y electorales, para el resto de la región para bien o para mal.
Gervis Medina