Los empleados de Inversiones Casalab llevan tres días contestando el teléfono para explicar que ellos no son el mismo laboratorio que el gobierno instaló en Maiquetía para hacer de manera obligatoria la prueba PCR para detectar si el pasajero viene o no infectado por COVID 19.
«Se llaman igual, nos copiaron el nombre», responde un empleado de Inversiones Casalab, laboratorio que se vio en la necesidad de alertar a sus clientes que ellos no hacen ese examen, comunicado que publicaron en todas sus redes sociales y que alertaba:
Le participamos al público en general que LABORATORIO CASALAB C.A, INVERSIONES CASALAB y COMERCIALIZADORA CASALAB, NO realiza exámenes de prueba de PCR (hisopado nasal). De igual manera no contamos con sucursales que estén autorizados para tal fin.
Feliz noche.
El empleado asegura que el Laboratorio que se ha instalado en Maiquetía se llama Laboratorio Clinico Casalab 2020 y que lo dirige Ernestina Esther Marulanda, venezolana y egresada de la escuela de Bioanálisis de la Universidad Central de Venezuela, hoy divorciada de Ramón Enrique Tovar Flores.
Y aunque en Venezuela solo existen 10 familias con el apellido Marulanda, es casi nada lo que se consigue en las redes ni en la web sobre la bioanalista Marulanda. Y mucho menos sobre el laboratorio. De hecho, el periodista Federico Black descubrió que el registro legal del laboratorio se efectuó el 2 de febrero -apenas un mes antes de que el gobierno los seleccionara para realizar las pruebas- y que su portal Casalab.com.ve no es confiable.
Aunque el portal que si funciona y a media máquina es Pasedesalud.Casalab donde todo parece indicar que lo abrieron básicamente para el negocio de las pruebas en Maiquetía.
Una visita a dicho portal descubre un diseño bastante simple, realizado única y específicamente para conseguir por esa vía el dichoso «Pase de Salud», como llaman al resultado del examen PCR que ellos realizarán en Maiquetía a los pasajeros que ingresen a Venezuela.
«En aras de seguir fortaleciendo la lucha contra el Covid-19 y proteger la salud de su pueblo, el Gobierno Bolivariano de Venezuela, ha incluido como medida sanitaria el control de los pasajeros que arriben y salgan del país. A través de este sitio web, todo pasajero con origen o destino Venezuela, previo a su viaje, deberá notificar sus datos de vuelo e información de contacto, con el objetivo de realizarse una prueba Covid-19. Los datos suministrados serán empleados exclusivamente para el control sanitario por parte de las autoridades competentes. Su historial de resultados podrá ser consultado a través del código QR que se generará por cada prueba que se realice. Solicite su Pase de Salud», anuncia el portal apenas abre.
Para solicitarlo, enumeran los pasos a seguir, desde inscribirse en el portal con todos los datos del viajero, hasta especificar día de vuelo, linea aérea y asiento a ocupar. Aunque, por ahora, una vez que se llenan todas las casillas, el portal no avanza hasta lo que sería la siguiente opción. De modo que seguimos sin entender si el pago de los 60 dolares se hará a través de su portal o, como también se ha dicho, se deberá pagar en efectivo en Maiquetía.
Menos complicado podría resultar calcular la cifra de dolares aproximada que recibirian el laboratorio y el gobierno con esta nueva medida. Basta con multiplicar el numero de vuelos diarios por la cifra de pasajeros para obtener la astronómica suma de 691 200 dólares. Y todo esto calculando que el avión venga solo con la mitad de cabina llena, por el cuidado con el contagio.
Veamos: si en Venezuela aterrizan 36 vuelos semanales -gracias a las 10 aerolíneas que están operativas y permisadas-, y calculando que cada avión traiga un promedio de 80 pasajeros, cada uno de los cuales debe cancelar 60 dólares al Laboratorio escogido por el gobierno, una simple operación matemática arrojará que cada mes, la caja registradora de esa empresa recibirá la suma de 691 mil 200 dólares. Todo un negocio redondo que, como se ha dicho, no fue sometido a licitación alguna y hará ricos rápidamente a más de uno, la especialidad de la casa.
El Cooperante