Los institutos suecos retomarán la enseñanza presencial pasada la Semana Santa, casi cuatro meses después de empezar a implantar la educación a distancia en medio de la segunda ola de coronavirus, anunció este jueves el Gobierno.
Se había cerrado los institutos suecos a principios de diciembre, aunque a finales de enero permitió combinar la enseñanza a distancia y presencial en zonas de bajo contagio, a la vez que prolongaba el cierre general hasta el 1 de abril.
«La escuela es determinante para el futuro de los alumnos. Se acercan los exámenes finales y los trabajos escolares tienen la máxima prioridad«, manifestó en rueda de prensa la ministra de Educación, Anna Ekström, atendiendo a las nuevas recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Ekström resaltó que «la buena noticia» no significa que el peligro «haya pasado», en alusión al empeoramiento de la situación epidémica, con un creciente contagio en las últimas semanas.
Las autoridades regionales podrán decidir todavía si implantan la enseñanza a distancia de forma parcial si así lo consideran necesario por motivos epidemiológicos.
«Tenemos una situación preocupante con mucho contagio, deben seguirse las recomendaciones generales«, afirmó Britta Björkholm, jefa de departamento de la Agencia de Salud Pública (FHOM).
Björkholm abrió la posibilidad a introducir los test de antígenos en los institutos, aunque no dio más detalles.
Tras experimentar una fuerte bajada de casos desde finales de diciembre y durante enero, el contagio volvió a aumentar en Suecia de forma lenta el mes pasado y las autoridades sanitarias admitieron hace unas semanas que el país se dirigía a una tercera ola.
La incidencia de nuevos casos en los últimos 14 días se sitúa en 604 por 100.000 habitantes, una de las más altas de Europa, para un total de 765.984 casos y de 13.357 muertos.
La tasa de mortalidad asciende a 130,75 por 100.000, tres veces más que Dinamarca y diez que Noruega, pero por debajo de los países más afectados como Italia, Gran Bretaña, España, Francia o Italia.
Tras apostar por una línea más laxa en la primera ola, con muchas recomendaciones, el Gobierno sueco ha introducido desde noviembre más restricciones, como limitar a ocho el número máximo de personas en reuniones públicas, adelantar el cierre de la restauración y limitar el aforo en tiendas, gimnasios y otros establecimientos.
EFE