Este miércoles el parlamento de Portugal aprobó una nueva renovación del estado de emergencia –esta vez hasta el 31 de marzo–, que coincidirá con la primera fase de alivio de medidas del confinamiento, cuyos detalles serán presentados de inmediato por el primer ministro, António Costa.
La nueva prórroga del estado de emergencia, que es el nivel de alerta más elevado del país, fue secundada ampliamente en la Cámara con los votos a favor del gobernante Partido Socialista, el PSD (centroderecha), que lidera la oposición, el democristiano CDS y el animalista PAN.
El Partido Comunista, los Verdes, Iniciativa Liberal y el ultraderechista Chega votaron en contra y el marxista Bloco de Esquerda se abstuvo.
La renovación fue propuesta por el presidente del país, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, que esta semana empezó su segundo mandato y pidió «tener cautela con los pasos a dar en el futuro próximo».
Esos pasos serán conocidos este mismo jueves, cuando está previsto que el jefe del Gobierno presente el plan de desconfinamiento, que será aprobado en Consejo de ministros.
Aunque todavía no hay ninguna confirmación oficial, las informaciones dadas por especialistas y por los partidos políticos tras reunirse con el Ejecutivo apuntan a que los primeros alivios de medidas llegarán el lunes, cuando se podrían reabrir las guarderías y la enseñanza preescolar.
También se permitiría a los comercios realizar ciertos servicios de venta en la puerta de los establecimientos –como bebidas para llevar, ahora prohibidas– mientras se estudia si incluir en esta fase la apertura de peluquerías.
Los controles en la frontera terrestre con España, donde sólo se permite el paso de transportes de mercancías y trabajadores transfronterizos, se mantendrán hasta Pascua, según desveló hoy el ministro de Administración Interna (equivalente a Interior), Eduardo Cabrita, en un acto en Madrid.
Desde que comenzó la pandemia, Portugal, con diez millones de habitantes, acumula 16.635 muertes y 812.575 contagios de coronavirus.
El país está confinado desde el 15 de enero debido a una dura tercera ola que le colocó durante unos días como el país del mundo con más nuevos contagios y más muertes por 100.000 habitantes y dejó a sus hospitales al borde del colapso.
EFE