La Cámara Petrolera de Venezuela capítulo Zulia aún espera por la aprobación de un proyecto propuesto a principios de 2020 de la instalación de una serie de mini refinerías en el estado Zulia y especialmente en Bajo Grande, para depender menos de los envíos del Complejo Refinador Paraguaná (CRP) y así hacer más independiente a las regiones zuliana y andina en materia energética.
De acuerdo a los lineamientos técnicos del proyecto para incrementar la oferta de combustible, se prevé la producción de gasolina de 89 octanos, de menor calidad, más idóneo para el transporte de carga y el utilizado en las actividades agrícolas y pecuarias, según informó César Parra, presidente de la Cámara Petrolera en el estado Zulia. Para ello se requiere de una segregación de crudo por ejemplo de Tia Juana mediano o cualquier otro petróleo que sirvan de dieta para la refinación.
Venezuela muestra una crítica escasez de gasolina y de diésel, luego de la caída pronunciada de la producción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) desde el año 2013 y tras las sanciones del gobierno de Estados Unidos a la empresa estatal, lo cual dificulta las exportaciones de crudo y la importación de otros combustibles. Esta situación ha afectado al transporte de los sectores primarios del país. Históricamente, la producción de gasolina tuvo un octanaje de 91 y 95 octanos.
Parra indicó que para producir el combustible en estas unidades no se requerirá de la importación o compra de aditivos en el mercado nacional, porque la gasolina de 89 octanos no forma parte de los combustibles calificados como premium y que son mayormente utilizados en vehículos particulares.
«Debemos entender que el uso de los recursos naturales ahora en este ciclo de postpandemia debe ser racional, no tiene sentido que un camión 350 o unos equipos que están básicamente destinados a actividades industriales utilicen gasolina premiun para vehículos. La idea es producir combustible para el sector primario y por tema humanitario en un contexto en el cual las sanciones no permiten la importación de diésel», señaló Parra.
Destacó que el objetivo de las empresas que integran la Cámara no es el de reemplazar el rol o responsabilidad que tienen las instituciones del Estado en materia energética. Sostiene que buscan ayudar a solucionar la escasez de combustible que vive el país y mantener la producción en la región y el transporte de alimentos, lo cual se ha tornado muy difícil.
«Esta propuesta nació hace 11 meses y en el momento de mayor crisis que hemos vivido en el estado Zulia, además de una crisis de generación eléctrica y de combustibles. La propuesta es 100% técnica, apolítica y básicamente con un sentido de pertenencia como venezolano por ofrecer una solución para que Zulia, luego de 105 años de historia petrolera, tenga un mínimo de autonomía en la generación de combustible», dijo.
A su juicio, las mini refinerías o Mini Refinerías Moduladas son modelos replicables que se pueden observar en países de Europa y dada la realidad de las tecnologías ya no se construyen grandes complejos de refinación como en el pasado, sino módulos de refinación para abastecer el mercado interno, mientras que el diseño de las grandes refinerías permiten el proceso para la exportación.
«El principio de refinación básicamente es igual para grandes y pequeños volúmenes. Estos son módulos de refinación que van desde 5.000, 20.000 y hasta 50.000 barriles diarios, pero incluso con la capacidad de poder crecer en la medida de la cantidad de petróleo disponible», explicó.
En estos módulos la refinación permite someter el crudo a un proceso de destilación atmosférico o al vacío, donde se extraen los combustibles que el petróleo tiene asociado, entonces la gasolina es el combustible topic, que por cada 20.000 barriles se puede tener 35% de gasolina y, el resto sería diésel, kerosene, jet A1 y ful oil.
Al ser consultado sobre los estudios de factibilidad y sobre los planes para mitigar el impacto ambiental tras la construcción de estas unidades, Parra explicó que se prevé construir estas unidades cerca de otras refinerías como Bajo Grande, que hoy se encuentra sin actividades operacionales, por lo que ya es un sitio que está permisado, por ello se solicita que sea un plan integral, desde los pozos en el lago de Maracaibo o en tierra para minimizar el impacto de la actividad en la zona y no producir un pasivo ambiental.
Todos los combustibles que llegan a Bajo Grande se reciben a través de cabotaje (barcos) pues no existe un poliducto que permita transportar estos productos desde el Centro Refinador Paraguaná hacia este centro de distribución en el Zulia. Igualmente, desde este punto se distribuyen los combustibles para todo el estado y parcialmente a la región de los Andes a través del poliducto Sumandes que transporta combustibles hasta la localidad de El Vigía en el estado Mérida.
«Estas unidades modulares son replicables en otras regiones del país siempre y cuando existan todas las condiciones de permisología ambiental y la dieta de crudo cerca, es decir, en donde estén dadas las condiciones. Es importante que este tipo de propuesta requiera una integración vertical con la generación de barriles para poder garantizar el ciclo».
La construcción de estas unidades suelen ser igual de complejos y requieren de grandes montos de inversión. El presidente de la Cámara Petrolera capítulo Zulia señaló que esperan contar con el financiamiento de organismos multilaterales. Por otra parte, se requiere desregular el mercado interno del combustible.
«Creemos que los fondos para financiar este proyecto provendrían de los multilaterales por temas humanitarios, siempre y cuando existan condiciones legales, por lo que estarían prestos a ayudar con este tipo de iniciativa. Todo enmarcado en el tema de darle protección y/o prioridad al sector primario humanitario», recalcó.
De acuerdo a cifras dadas por fuentes del sector petrolero en el país, se requiere de entre 4.000 y 6.000 dólares por cada capacidad de refinación para construir este tipo de unidades modulares, por lo que para el plan propuesto de la Cámara se necesitarían hasta un máximo de 300 millones de dólares.
En esta propuesta estarían participando no solo los afiliados a la Cámara, sino que también se requiere del concurso de todos los sectores. «Contamos en el país con un parque industrial y con capacidades desde el oriente hasta occidente para no solo construir módulos de refinación, si no también para grandes obras de infraestructura como ya lo hemos hecho en el sector petrolero».
La propuesta ya ha sido presentada a las autoridades regionales y al sector privado, pero las decisiones en este tipo de materia son nacionales y el presidente de la Cámara Venezolana de Petróleo, Reinaldo Quintero la ha elevado a otras instancias y persistiendo para evaluar la receptividad por parte del gobierno nacional, sostuvo Parra.
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