Gracias a la administración de Nicolás Maduro, la totalidad de los más de 21 mil colaboradores cubanos en Venezuela son inmunizados contra el COVID-19, mediante el empleo de la vacuna rusa Sputnik V y su homóloga china Sinopharm.
El doctor Reinol Delfín García Moreiro, jefe de la Misión Médica Cubana, informó a Cubadebate que hasta el momento sólo se reportan las reacciones adversas descritas (y esperadas) por los fabricantes, mientras calificó el proceso de exitoso a pesar de las complejidades logísticas que una campaña así pueda entrañar.
La enfermera cubana Belkis Chaviano González, vacunadora del Distrito Capital, refirió “sentirse orgullosa” de contribuir con su labor al combate contra el SARS-CoV 2 y ratificó el criterio de García Moreiro, de que sólo han existido reacciones leves, tales como dolor en el brazo de la inoculación y fiebre moderada.
Por su parte, organizaciones como Médicos Unidos de Venezuela han denunciado que los especialistas de la salud nacidos en el país no han sido vacunados. Por esta razón, en medio del azote de la nueva variante P-1, los médicos, enfermeros y demás trabajadores hospitalarios se encuentran en riesgo de muerte.
Maduro prometió 10 millones de vacunas Sputnik V, pero solo han llegado 250 mil. Ni siquiera el 10% del sector ha sido inmunizado, pese a que es la primera recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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