El submarino desaparecido frente a las costas de Bali con 53 hombres a bordo naufragó, confirmó el sábado la Marina indonesia, dejando pocas esperanzas de supervivencia de la tripulación, cuyas reservas de oxígeno se habrían agotado.
La Marina encontró en el mar varios restos del submarino, algunos procedentes del interior del sumergible, lo que sugiere daños irreparables.
Cientos de militares y una veintena de barcos se movilizan para localizar al “KRI Nanggala 402”, un sumergible de unos cuarenta años, de construcción alemana.
La Marina estimó que el suministro máximo de oxígeno disponible para los tripulantes en caso de un fallo eléctrico era de 72 horas, plazo que se cumplió a primera hora de la mañana del sábado, lo que hace improbable su supervivencia.
“Basándonos en los elementos que creemos que provienen del ‘KRI Nanggala 402’, hemos cambiado el estado del submarino de ‘desaparecido’ a ‘hundido’”, dijo Yudo Margono, portavoz de la Marina indonesia en una conferencia de prensa.
Los restos recuperados “no habrían podido salir del submarino sin una presión externa o sin daños en su sistema de lanzatorpedos”, precisó.
La Marina recuperó varios objetos, entre ellos un fragmento del sistema de torpedos y una botella de grasa utilizada para lubricar el periscopio del submarino. También encontró una alfombra de oración usada por los musulmanes.
El submarino, uno de los cinco que tenía la Armada de Indonesia, se sumergió temprano el miércoles durante los ejercicios militares previstos en el norte de la isla de Bali. El contacto con el sumergible se perdió poco después.
Mala señal
Las autoridades militares estiman que el sumergible puede haberse hundido hasta 700 metros, una profundidad mucho mayor que para la que fue diseñado. No dieron ninguna explicación sobre lo que pudo haber ocurrido ni sobre por qué tenía más ocupantes que la cuarentena prevista.
Según los expertos, un derrame de petróleo detectado en la zona en la que se hundió hace temer una posible ruptura del depósito, o incluso una fractura del submarino.
Esta mancha de combustible es “mala señal”, señaló el vicealmirante francés retirado Jean Louis Vichot, excomandante de submarinos nucleares estratégicos (SNLE). “Este diésel está contenido en bodegas, en el exterior y en el interior. Si el casco se rompe, los tanques se rompen y el gasóleo sale a la superficie”, explicó a la AFP.
Este tipo de submarino está diseñado para soportar una presión de hasta 300 o 400 metros de profundidad. Su casco corre el riesgo de romperse en caso de presión más fuerte, según este experto.
Según la Marina, el submarino, entregado a Indonesia en 1981, estaba en buenas condiciones para el servicio.
El archipiélago de Asia sudoriental no tiene capacidad para este tipo de operaciones de salvamento y recurrió a la ayuda de otros países.
Estados Unidos envió tropas aerotransportadas y dos buques de la Marina australiana llegaron a la zona. También se espera recibir refuerzos de India y Malasia, así como un buque de rescate de submarinos de Singapur, el MV Swift Rescue.
Hasta ahora, Indonesia no había tenido incidentes graves relacionados con submarinos, pero otros países sí que fueron escenario de tragedias de este tipo.
Una de las más conocidas ocurrió en 2000, cuando el submarino nuclear ruso “Kursk” se hundió cuando hacía maniobras en el mar de Barents con 118 tripulantes a bordo.
Uno de los torpedos explotó y provocó la destrucción de todo el depósito de municiones. 23 marinos sobrevivieron a la deflagración pero murieron ya que no fueron socorridos a tiempo.
En 2017, el submarino de la flota argentina “San Juan”, con 44 tripulantes, desapareció a unos 400 km de la costa argentina.
Una explosión submarina fue registrada cerca de su última posición.
AFP