La compañía Moderna, pionera en vacunas contra el covid-19, está acelerando el ritmo para mantener su lugar en la lucha contra la pandemia, aunque sigue a la sombra de sus competidoras, Pfizer y BioNTech.
Moderna, cuya vacuna fue una de las primeras aprobadas en el mundo occidental hace unos meses, planea «aumentar su capacidad de producción mundial hasta los 3.000 millones de dosis en 2022», anunció el jueves la empresa estadounidense.
Esta cifra es aproximadamente el doble de lo que Moderna había planeado previamente y también quiere aumentar el ritmo este año. La empresa, que esperaba un máximo de 600 millones de dosis en 2021, cree ahora que puede llegar a los mil millones.
Estas ambiciones son una buena noticia en la lucha contra la pandemia. También permiten a Moderna defender su posición, en un momento en el que se multiplican los proyectos de vacunas contra el covid-19 y se espera que varios ensayos, como los de la francesa Sanofi, lleguen a buen puerto en los próximos meses.
Su caso es similar al de otra vacuna, desarrollada conjuntamente por el gigante estadounidense Pfizer y la start-up alemana BioNTech. Al igual que la de Moderna, esta vacuna se basa en una tecnología innovadora y de éxito inesperado, el ARN mensajero.
Ambas vacunas fueron de las primeras, a finales de 2020, en registrar resultados positivos contra el covid-19, junto con la rusa Sputnik V. Poco después las autoridades europeas y estadounidenses aprobaron las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna.
– Pilar contra el covid –
Pero hay algo que distingue a los dos actores: el número de vacunas distribuidas. Mientras Moderna es un pilar de la vacuna contra el covid-19 en Estados Unidos, su país de origen, se queda muy atrás en las campañas europeas, dominadas por Pfizer/BioNtech.
Y es precisamente fuera de Estados Unidos donde Moderna promete acelerar el ritmo. La empresa invertirá en sus subcontratistas europeos, la compañía suiza Lonza, que fabrica el principio activo –la sustancia que hace funcionar la vacuna– y la española Rovi, que condiciona la vacuna.
Con estas colaboraciones, Moderna logra una solución a su principal obstáculo, su modelo de start-up asilada, en contraste con BioNTech, que se beneficia de su asociación con las inmensas capacidades de Pfizer y ya promete 2.500 millones de dosis este año.
Moderna tiene que subcontratar su producción y no es fácil encontrar socios como Lonza, que conocen de ARN mensajero. Al invertir en este campo, la empresa estadounidense se dota de medios para actuar con mayor eficacia.
Por otra parte Moderna acaba de firmar un acuerdo con Sanofi para embotellar cientos de millones de vacunas. La empresa francesa había concluido hace meses una asociación similar con Pfizer/BioNTech.
Moderna también pisa los talones a su competidora en el almacenamiento de vacunas, el punto débil del ARN mensajero, muy frágil y que normalmente requiere temperaturas extremadamente bajas.
En este sentido la compañía promete ahora desarrollar antes de mediados de año una vacuna que pueda almacenarse durante varios meses a una temperatura de entre 2°C y 8°C, un anuncio similar al realizado unos días antes a la AFP por el jefe de Pfizer, Albert Bourla.
AFP