Milicianos al matadero. Por Carlos Ismayel

El anuncio de Maduro sobre “el envió de mil milicianos a la frontera”, no es para reír, sino para llorar. Es la ratificación de que a este régimen poco importa la vida de los venezolanos, porque más allá de la filiación política de esos supuestos milicianos, lo que cuenta para mí es que son seres humanos y además venezolanos. De ser cierta esa proclama, Maduro los enviará “al matadero”, hablando en lenguaje coloquial, porque bien se sabe que esos supuestos milicianos serán pasto fácil de los grupos narcoguerrilleros enfrascados en un feroz combate por el control de las rutas del narcotráfico que tienen epicentro en esa franja territorial que entrelaza a los ámbitos colombo-venezolanos. 

 

Esos son los típicos aspavientos que ponen en escena estos populistas que ejercen el poder entre francachelas y crueldades. Porque hay que ser muy bufón para pretender entretener a la audiencia de un país en permanente sobresalto, por muchas razones, haciendo ver que con la colocación de ese escudo humano entre el Arauca y Apure, se pondrá punto final a esta plomamentazón que se ha llevado la vida de decenas de personas víctimas de ese fuego cruzado. Además Maduro sabe que ese personal incorporado en sus milicias no está formado, entrenado, ni capacitado para encarar ese desafío, por lo tanto, nada mas pretender colocarlos como “blancos de tiro” representa de por si un pensamiento macabro propio de gente sin escrúpulos de ninguna naturaleza. 

 

Lo que debería hacer Maduro es dejar que fueran los propios interesados en preservar sus rutas para seguir traficando, los que están preocupados por las pistas de aterrizaje y despegue de aviones los que vayan a pelear por sus negocios; y esos no son otros que los capos de la FARC, Iván Márquez y Santrich. Deberían ser ellos los que deben trasladarse a ese espacio en disputa, porque esa es la verdad de todo este pleito: el control de la zona. 

 

Y en caso de ser cierta la invasión del territorio venezolano en Apure, ordene a quienes tienen la obligación de hacerlo las propias fuerzas armadas, entrenadas y capacitadas, para ello, déjele eso a los militares, dedíquese a resolver los problemas que agobian a los venezolanos, resuelva la dotación de insumos para los hospitales y entregue los equipos de seguridad para que los médicos que combaten el COVID, no sigan muriendo y deje entrar las vacunas, porque al igual que los milicianos, usted ha enviado a los nobles y valientes médicos al matadero. 

 

Pensar en sacrificar a unos venezolanos para que sean tasajeados por los bandidos del ELN, o las facciones disidentes de la FARC, es de todo punto de vista insólito. Porque es de suponer que esos milicianos no están preparados para lidiar con semejantes elites terroristas que llevan décadas internados en esas selvas cometiendo desmanes sin reparar en la vida de nadie. Pero es más que evidente que eso a Maduro no le importa nada, para él lo que interesa es quedar bien con sus socios, los que están apañados por sus mandamás cubanos.

 

Carlos Ismayel

@CYsmayel

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