El Acuerdo de Salvación Nacional, ofrecido por Juan Guaidò, cuenta con el respaldo de la plataforma llamada 4G representada por líderes de cada una de las organizaciones que la conforma (UNT PJ VP AD) y cuyas tarjetas secuestradas por el régimen, sus dirigentes aspiran les sean devueltas. Guaidò, recupera y reúne con este llamado al régimen, después de tormentosas e impetuosas críticas y cuestionamientos en tiempo considerable, un bastión político importante a la luz de sectores de la vida nacional y de instancias internacionales. Ambas ,fundamentales para el éxito del trabajo próximo.
Ha reclamado y retado al régimen a negociar y esto, con el fin de lograr mediante la negociación una salida afincada en elecciones transparentes y legítimas. Unos, agradecen el esfuerzo para salir airoso del camino arduo y difícil que demanda destrabar el nudo complejo de la situación y otros, incluyendo sectores opositores, cuestionan con marcada superficialidad ,la inconveniencia de los encuentros.
La unidad para inducir cambios planificados en función de objetivos concretos, es antigua y vital en política. Ha fracasado en nuestro país en reiteradas situaciones y observamos cuando el planteamiento cobra vida como urgente necesidad para inducir cambios urgentes ,el protagonismo de unos cuantos líderes, cuyas demostraciones de apoyo, no pasan de ser vacuas declaraciones. Alcanzar la unidad, no es su prioridad -es por el contrario- su interés continuar atado a lo vivido, impidiendo así, la pérdida de sus beneficios como aliados del régimen.
Las actuaciones de distintas instancias u organizaciones en nuestro país, han revelado en su justa dimensión las arbitrariedades del régimen en cuanto el escalamiento de violencia, consecuencia de violaciones a los derechos humanos. Ahora mismo, Provea señala, que el gobierno tiene una planificación electoral y no para la aplicación de vacunas, tomando en cuenta la pandemia que angustia y nos acorrala en la letalidad de su condición.
El régimen, está cada vez más debilitado, y esto sucede en regímenes autoritarios amarrados al poder al precio que sea. Pero, también a mayor recrudecimiento de violencia para someter, también una mayor exposición en llamar la atención internacionalmente sobre las condiciones sociales y económicas de la población. La menguada situación del régimen, golpea asimismo, a los dirigentes opositores quienes como aliados, han consolidado una fuerte matriz de descreimiento.
Pensar en el Acuerdo Unitario Nacional, es tarea de todos tomando en cuenta estas realidades que ha levantado odio hasta nosotros mismos.
Gracias a esta convicción de unidad, países en continentes distintos, consiguieron sus demandas libertadoras. Nos ha costado, pero requerimos llamar a la urgencia de concienciarnos sobre tal requerimiento. Como sociedad civil, es necesario continuar nuestra política de no violencia. Debemos consolidar cuanto sea necesario como sociedad moderna, lista para no sucumbir.
Hemos desempeñado roles importantes a través de sostenidos y exitosos trabajo de resistencia y no violencia. Desprovistos de armas y otros elementos de fuego, definidores del poder, hemos resistido con: caminatas, marchas, antorchas, cacerolas y caravanas y con la Bandera como respaldo a la nacionalidad. Hemos resistido asimismo, en magnificas concentraciones y en la no violencia, sellamos nuestras angustias en posibilidades para el entendimiento, asegurándonos, que los desaguisados de la oposición con personajes incomprensibles, perforan la malla de los objetivos que resistimos entregar.
Todas estas situaciones, constituyen un aporte singular a la despolitización social y facilita encontramos como sociedad civil como una masividad ávida del armónico devenir en paz. La oportunidad actual cuenta,con una importante entrada desde variadas opiniones, que avalan sus posibilidades de éxito. Sería entonces, interesante poder alimentarla en la medida de cada uno y abrir el portafolio de reales oportunidades para el éxito.
Una negociación, no ha sido fácil concluirla, y de allí, el tiempo que ha necesitado para llegar a feliz término. Sin embargo, muchos países han logrado su cometido negociando las salidas necesarias para el logro de los objetivos planeados. Los venezolanos, han logrado la tan deseada unidad en muchas ocasiones, basta citar el caso de la guerra de Indepedencia, cuya duración de once años dejó graves secuelas en todos los órdenes de la vida del entonces.La recuperación fue importante pocos años después.
Eneida Valerio Rodríguez
@eneidavalerio