El pasado viernes desde las 2 am se inició el cese al fuego, entre Israel y el movimiento islámico Hamàs, cuyos enfrentamientos duraron más de diez días y están considerados los más largos en tal sentido, por parte del gobierno israelí. Se anota un éxito importante en la mediación Egipto, con creciente influencia en aquella zona del medio oriente. Los sucesos, registraron 232 fallecidos del lado de Gaza y 12 para Israel.
Egipto, antiguo enemigo de Israel, inclusive desde el texto bíblico, ha respondido a los cambios políticos dinámicos de cada día y se ha convertido en aliado distinguido de Israel, y esta alianza, conforme difusión noticiosa, alcanza acuerdos secretos en contra de Hamas si fuese necesario emprender acciones conjuntas.
Bajo la presidencia de Jimmy Carter en 1978 en Washington, se realizó la firma de los Acuerdos de Paz, después de negociaciones entre ambos países y la presencia de EE.UU. Conocido como el Acuerdo de Camp David fueron sus firmantes; Anwar el Sadat, presidente egipcio, Menajen Beguin, Primer Ministro de Israel y Jimmy Carter, Presidente de EE.UU. Pocos años después, se permitió de parte de Egipto a Israel atravesar el Canal de Suez.
En Gaza hay una destrucción evidente y desgarradora cuando te plantas frente a las imágenes. Aquella convulsionada zona vivió el estallido de miles de cohetes lanzados por Hamàs, movimiento islámico que ha jurado la destrucción del estado de Israel muy superior en dotación y políticas diplomáticas de carácter internacional, las cuales le brindan en consecuencia, poderío.
Israel, logró abatir el 96% de los lanzamientos misilisticos, desde Gaza, gracias al Domo de Hierro y demostró durante la confrontación claras estrategias en inteligencia, como ocurrió con el asalto a los túneles del movimiento islámico. Al término de los enfrentamientos ambos contrincantes, se endosan el éxito de sus actuaciones.
Una negociación, concertada entre un estado que ha jurado defender su pequeño territorio que ocupa menos del 2% mundial en extensión y un movimiento que ha jurado también, pero su destrucción y exhibirlo como trofeo de sus pretensiones. Se impuso entonces, la lógica humanitaria, fundida en la calamidad social que suele dejar un conflicto de tales proporciones. La fuerza y solidez de Israel no es una visión furtiva ni una opinión endeble, es una realidad inobjetable, que inteligentemente busca apoyos internacionales a sus derechos y lo ha logrado con una orquestada y exitosa campaña de información.
En Venezuela, hemos vivido una destrucción de a poco. Paulatina y sostenida. Un planificado proceso, fragmentario de nuestra territorialidad como resultado de la diáspora, la mayor de la región y flagelo de irreversibles consecuencias.
Con este flagelo,la fuga de cerebros, tributa el crecimiento económico en países vecinos y vista esta perpleja y compleja situación en la cual nos sumerge la diáspora juvenil, sin saber hasta cuándo, Venezuela, no se desploma ante la tiranía no solo del régimen, también la de los políticos cómplices del primero. Se llaman opositores, están divididos y son estériles en resultados.
El incremento de contagios por la Covid 19 deja sin espacios ingresar en hospitales y red de salud, los nuevos casos. No hay insumos ni camas. Más de 80 médicos fallecidos no revierten el problema para realizar una adecuada revisión de la situación y ejecutar un plan de vacunación claro y transparente.
El Zulia, ha dejado de producir plátanos, coco, cambures entre otros insumos de su gastronomía diaria, para cada día registrar numerosos contagiados y muertos. La desesperanza de la población no significa nada para los gobernantes. En tanto, la situación se agrava.
¿Dónde están preguntamos conmovidos, los políticos de oposición defendiendo el derecho a la vacuna para todos? Dónde está esa perorata discursiva que no incluye la vacunación? Constituyen parte del problema y sus irresponsables conductas impiden ejercer la presión suficiente para encontrar salidas a esta crisis sanitaria. Las negociaciones según señalan es para sus respectivos beneficios.
Observamos posiciones de intransigencia entre ellos, en igual proporción de años atrás. Protagonismos personales, demandantes de cambios urgentes.No hay disposición al cambio.
Acá la similitud del nombre de nuestro artículo. Nos parecemos a Israel, en el coraje de los pueblos para resistir en el tiempo, bombas y amenazas. En nuestra situación, recurrentes violaciones de derechos humanos. Nos parecemos porque no abandonamos nuestra conciencia histórica. Nos parecemos, porque los que están lejos, están pendientes de su país. Será esa la razón, que circula por allí, como texto llamado: Venezuela, la nueva Jerusalén
Deseamos que los nuevos líderes, imiten a los de Egipto, para lograr alianzas y acuerdos y acabar con el discurso de odio, apología de la destrucción espiritual del hombre y desde esa óptica, convertirnos en aliados de causas inclusivas, como ya lo fuimos. Deseamos ser Egipto en tal sentido y comprender el fundamento de los cambios de los tiempos y abordarlos valientemente. Deseamos recuperar el honor del reconocimiento internacional sin conmiseraciones despectivas. Deseamos recuperarnos. ¡Es todo!
Eneida Valerio Rodríguez
@eneidavalerio