Jesús Luzardo se ha divertido con los videojuegos toda su vida. El zurdo de Oakland lo seguirá haciendo con gran fervor, incluso tras el episodio bochornoso en que se fracturó el dedo meñique mientras estaba con la consola.
El lanzador se disculpó con sus compañeros y el mánager de los Atléticos Bob Melvin por el accidente que ocurrió el sábado, cuando golpeó una mesa en una sesión de videojuegos, unas cuatro horas antes de una apertura.
Luzardo estará fuera de manera indefinida tras fracturarse un hueso del dedo.
“Soy un chico de 23 años, cometo errores”, dijo Luzardo el martes. “Creo que mucha gente no se da cuenta de que somos personas y cometeremos errores, los mismos errores que los aficionados, los mismos errores que gente que tiene trabajos normales”.
Luzardo negó que haya dado el manotazo por enojo o frustración. Fue simplemente mala suerte, dijo.
En una videoconferencia por Zoom, Luzardo demostró cómo fue que dejó caer la mano a un costado y le pegó a la mesa, en lo que calificó como una reacción a algo que ocurrió durante el juego. No reveló a qué estaba jugando.
“No hay forma para mí de describirlo, mas que decir que fue estúpido y quizá inmaduro”, comentó. “Nunca me había sucedido nada similar y no tengo planeado que me vuelta a suceder”.
En retrospectiva, no debió abrir el juego ante Baltimore. Pese a que la mano se había inflamado después del golpe, Luzardo convenció a los Atléticos que estaba bien para lanzar.
Permitió seis carreras y cinco hits en tres innings para sufrir la derrota. Los Atléticos cayeron 8-4 frente a los Orioles.
“Dije que esta bien. Quizás fue el subconsciente o fue la adrenalina. Quería salir y lanzar, quizá si (me afectó)”, dijo Luzardo. “No soy alguien que de excusas, entonces no las tuve. Me sentía bien”.
Una radiografía a la que se sometió tras el juego reveló una minúscula fractura. Utilizará una férula para proteger el dedo –y cuando pueda volverá a sus videojuegos.
Tiene marca de 1-3 con efectividad de 5.79 en seis juegos como abridor esta campaña.
Sus compañeros lo han apoyado en el tema de esta extraña lesión. Les aseguró que “no volverá a suceder”.
“Me sentí mal. Fui y me disculpé con el equipo. Dije lo que tenía que decirles, lo que creí que era lo correcto”, indicó. “Sentí que tenía su apoyo”.
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