El portal Infobae informa que el artista audiovisual disidente Hamlet Lavastida regresó el 21 de junio a Cuba luego de una residencia artística en la galería Kunstlerhaus Bethanien de Berlín. Pero este sábado por la mañana, cuando fue dado de alta del aislamiento reglamentado por las medidas sanitarias del COVID-19 en uno de los centros habilitados en La Habana, la policía política lo arrestó.
La organización Human Rights Watch rechazó su arresto y exigió al régimen su libertad. “Exigimos que se respeten sus DDHH y cesen los abusos contra artistas”. denunció el director para las Américas de la organización, José Miguel Vivanco. También criticó duramente al gobierno por aumentar la vigilancia a los artistas amigos del detenido, la escritora Katherine Bisquet, Camila Lobón, Carolina Barrero y Tania Bruguera.
Lavastida recurre a diferentes recursos como el video, collages, intervenciones públicas e instalaciones para desmitificar las herramientas de la propaganda castrista. Las obras del artista y activista cubano, uno de los más relevantes de su generación, están prohibidas en las instituciones culturales oficiales.
“Me parece que lo que han hecho con Hamlet es un acto de extorsión e intimidación no sólo con él, sino con las personas que estaban recluidas con él en el centro de aislamiento que, muy seguramente en su mayoría él no conocía. El hecho de que hayan esperado al día en que le debían dar el alta del centro de aislamiento prueba, que no solo están intentando violentar a Hamlet sino además, a las personas que estaban con él”, aseguró a Martí Noticias, su amigo cercano el también artista Julio Llópiz-Casal.
“Este mensaje que envía el gobierno cubano es para todos: si estás fuera quédate fuera y si estás dentro quédate quieto. Esto es sencillamente perverso”, aseguró al mismo medio el abogado Eloy Viera Cañive que calificó de “perversa” la maniobra del régimen.
“Ahora mismo Hamlet va a ser sometido a un proceso, en primer lugar delirante, de acusaciones, de cuestiones que atentan, supuestamente, contra la Seguridad Nacional, contra la Seguridad del Estado. Lo más peligroso es que la Seguridad del Estado tiene el derecho de decidir, sin ninguna réplica de por medio, qué es un delito contra la Seguridad del Estado”, dijo Llópiz-Casal. Y agregó: “Pueden fabricar cualquier cosa porque operan de una manera paralegal y cobarde que está por encima de la actividad de la policía, por encima de las leyes cubanas y con la posibilidad de ordenar directamente a cualquier instancia. Hamlet puede ser víctima de un delito que no cometió, pero que le fabricaron de manera casi hiperrealista”, agregó.
Semanas atrás más de 200 artistas e intelectuales cubanos y de otros países, alertaron que en Cuba se vive “un clima de violencia y represión similar al de la llamada Primavera Negra, en 2003”. Hace 18 años, el ahora fallecido dictador Fidel Castro, frustró una convocatoria a favor de la libertad de expresión condenando a la cárcel a 75 disidentes, entre activistas, médicos y 32 periodistas independientes. Los últimos prisioneros de ese grupo recién salieron de la cárcel entre 2010 y 2011 en un proceso de excarcelaciones que fue posible por la mediación de la Iglesia católica cubana ante Raúl Castro.
Hoy el blanco son los artistas, jóvenes que no están dispuestos a resignar su libertad de expresión ante autoritarismos retrógrados, como Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo y El Funky, secuestrados por la dictadura presidida por Miguel Díaz-Canel. Todos ellos son símbolos de esta brutal nueva ola de detenciones arbitrarias, internaciones psiquiátricas por la fuerza y censura.
Hace 10 días, el rapero Ramón López Díaz, conocido como “El Invasor”, fue detenido por las fuerzas de seguridad del régimen cubano. El impactante momento fue seguido en vivo a través de su página de Facebook. La transmisión concluyó cuando los policías cubanos rompieron la puerta de su casa y lo arrestaron.
Ramón López había denunciado el inicio de una arremetida en su contra para censurarlo después del estreno de su álbum Al machete, en el que lanza fuertes críticas y acusaciones contra el régimen cubano a través de canciones como Pinocho, Silencio y Oe policía pinga.
Caraota Digital con fuente: Infobae.