Entre los casi 11.000 participantes en los Juegos Olímpicos de Tokio, pocos pueden presumir de una hoja de servicios en la que figuren ocho medallas mundiales y 22 continentales.
Ese es el historial del karateca venezolano Antonio Díaz, que afronta los Juegos desde el cuarto lugar del ránking olímpico de katas, entre un grupo de máximos aspirantes a medalla que comparte con el español Damián Quintero.
«Quiero estar montado en el podio y confío en el nivel que tengo», afirma a sus 41 años el deportista caraqueño, dos veces campeón mundial y 16 campeón panamericano.
Antes de viajar este martes a Japón desde Miami, donde se ha entrenado durante las últimas tres semanas, Díaz dijo a EFE que está dispuesto a dar un espectáculo para reivindicar la valía de un deporte que se estrenará y se despedirá como olímpico en Tokio, tras ser ignorado en el programa de París 2024.
— Después de este retraso de un año en los juegos, y ante el debut olímpico de su deporte, ¿Qué sensaciones lleva en la maleta en su viaje a Tokio?
— Muchos deportistas, a la postre, contemplan este año de retraso como positivo porque les ha permitido descansar, planificar mejor sus entrenamientos o recuperarse de lesiones. ¿Es así en su caso?
— Sí, le veo un punto positivo. He podido descansar un poco porque venía de un ritmo de competencias muy fuerte. Era difícil entrenar cosas en las que yo veía que fallaba, porque venían otros eventos y no podía parar. Creo que cuando se retomaron las competencias se notó que llevábamos tanto tiempo sin competir, pero en general creo que el parón fue más positivo que negativo.
El Pitazo