¿Diálogo y voto? Por Leandro Rodríguez

Venezuela es muy compleja de entender, probablemente, para la comunidad internacional se haga incomprensible aceptar que en esta nación de hoy los demócratas son quienes no desean elecciones y los tiranos (con sus colaboradores) la claman frenéticamente, veamos por qué:

En primer lugar, lo obvio, la comunidad internacional, fría e indolente, apelará siempre al manual diplomático, será tozuda en su ABC, llamado al diálogo y a los procesos electorales, unos porque simplemente en nada le importa lo que acontece en nuestro país, otros por pleno desconocimiento de la realidad venezolana y los terceros, tristemente, por cómplices, quienes solo le importa el mercantilismo detrás de lo “ideológico”.

En segundo lugar, como ya hemos tertuliado, los demócratas venezolanos no podemos concebir ninguna elección mientras las condiciones se “absurdizan” día a día. La desinstitucionalización se acentúa, el régimen fábrica e impone una falsa oposición, se cercenan nuestras libertades y derechos, votar en estas condiciones es irracional, el voto no premia, castiga ni genera cambio alguno, de hecho, luego de cada proceso electoral el chavismo profundiza su radicalización, su castrismo.

En tercer lugar, los diálogos son la segunda herramienta democrática profanada por el régimen, desde la época de Chávez lo ha utilizado para calmar coyunturas específicas, ganar tiempo y continuar obrando en función de su proyecto. Hoy nada es distinto, mientras se “dialoga” el chavismo acelera la aprobación de las leyes que propulsarán el ominoso Estado Comunal, se encarcelan líderes opositores, Diosdado y la esposa de Maduro reforman el sistema judicial, ya pasaron las elecciones más importantes, las parlamentarias, entre un sinfín de hechos que denotan el régimen no cederá jamás y nunca a través de presuntos diálogos o elecciones.

En cuarto lugar, la jugada maestra, detrás del presunto diálogo en México, con ánimos de hacer la oposición reconocida participe el 21N, se esconde la estrategia del régimen. Así como fija la matriz opinática, a través de su control mediático, que en Venezuela todo estaba bien hasta “las sanciones”, para él es menester salir de alcaldías y gobernaciones en ruinas, sin capacidad financiera, al poco tiempo estos espacios comenzarán odiar a sus nuevos titulares, tanto o más a cómo hoy repudian a los actuales, así el régimen fijará su nueva matriz “todo estaba bien hasta que llegaron a gobernar esos opositores”, parece insensato, pero así ha ocurrido en estos 20 años: primero fue la excusa del paro petrolero, la guerra económica, las guarimbas, ahora “el bloqueo”, así transcurren los años, el chavismo endilgado a terceros su desastre causado por corrupción, ineptitud y premeditación… como en Cuba.

En quinto lugar, un plus, luego que los “gobernadores y alcaldes opositores” fracasen (lo cual ocurrirá muy pronto, se abona el camino al Estado Comunal. Otro extra sería la posibilidad que, a pesar de no existir la más mínima condición para una verdadera elección democrática, el régimen pueda lograr el levantamiento de sanciones, en pocas palabras, el chavismo no da puntada sin dedal.

Es cierto, diálogo y voto no solo son importantes en democracia, también en ciertas guerras/dictaduras se han utilizado como mecanismo de disuasión y persuasión, pero en castrismo solo han rendido frutos a quienes retienen el poder, que lo diga Cuba que tiene más de 60 años oprimida y, bueno, nosotros ya vamos por 22. 

 

Leandro Rodríguez

@leandrotango

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