En el Bicentenario de la “Batalla de Carabobo”, el Maduro y los Cubanos “atravesaron” sus ritos satánicos como propaganda maldita del comunismo y su sincretismo religioso, casi que de manera, institucional y lo que menos celebraron es la verdadera razón de ella; la gesta histórica que declaró en el campo de batalla; nada más y nada menos que la INDENPENDENCIA DE VENEZUELA.
Todo lo que nuestra historia consolidó en el transcurrir del tiempo, ha sido destruido por esta “cuerda” de delincuentes; nuestros símbolos patrios han sido destruidos. Primero fue el “comandante eternamente enterrado”, cambiando la filosofía principista de nuestra BANDERA y en segundo lugar la estructura soberana de nuestro Escudo de Armas, cambiando la trayectoria republicana y patriota del Caballo como héroe insigne de nuestra victoria impecable. El valor de los libertarios triunfantes en Carabobo, no se va a perder porque éstos “actores de la anti historia y siniestra” hayan destruido sus insignias, estandartes y el valor intangible e intrínseco de ser “PATRIOTAS”; al contrario, se enaltece más; es impresionante como los venezolanos en una mayoría, que pasó del 95%, rechazó con sus oraciones el maléfico impulso del Maduro y los comunistas, y hasta la propia naturaleza dio una manifestación clarividente y contundente de rechazo.
Los venezolanos somos cristianos y católicos en un 90%; comulgamos con las ideas divinas que hacen del hombre un ser espiritual, a pesar de su efímera permanencia en el campo terrenal. Cuando el Chávez hablaba del comunismo o socialismo (para Fidel, es la misma cosa ¿sabría algo de eso el asesino ese?) y blasfemaba de manera utilitaria y lo relacionaba con Dios y con Cristo, intentaba manipular “burdamente” a sus seguidores cristianos para ocultar su ateísmo. El comunismo del Chávez, era contrario, era la antítesis en esencia, de los mandamientos de la ley de Dios. Para el Maduro y su régimen procubano significa lo mismo; lo que pasa es que con la presencia de los cubanos, éste (el comunismo o socialismo) se hizo macabro, por la presencia al unísono, del sincretismo religioso: brujería y santería y con ésta última el babalao, palerismo (y todo lo que eso significa) y se instituyó como filosofía de conducta ideológica en todos los integrantes del régimen en el poder.
Estos mandamientos son 10 y todos buscan la valoración del hombre espiritual en su relación con su entorno. Estos para los cristianos y para los católicos en especial, están divididos de 2 formas, los 3 primeros: amarás a Dios por sobre todas las cosas; no tomarás el nombre de Dios en vano y santificarás las fiestas; constituyen en el comunismo del régimen en el poder, una afrenta a Dios. Para el Chávez y ahora para el Maduro el único Dios es él, y deben adorarlo y rendirle pleitesía. Cuántas veces no han jurado por “Dios y la Virgen” acabar con los niños de la calle, por dar un ejemplo y éstos han crecido geométricamente por el avance de la miseria. El Chávez no asistió nunca a las fiestas religiosas y tuvo la desfachatez de llamar “oligarca” a nuestra CHINA, lo mismo hace el Maduro por odio, a los valores cristianos.
Los otros siete mandamientos: honrarás a padre y madre; no matarás; no robarás; no mentirás; no consentirás deseos impuros y no codiciarás los bienes ajenos; son para los comunistas, lo contrario de lo que debe ser el “hombre comunista”. Este régimen está montado desde 1992 en la cultura de la muerte y si los muertos son de la disidencia, bienvenidos sean; a tal efecto, la fanb, los colectivos, y las bandas del Coqui y de Mayeya, entre otros, están preparados para ello. Robar es una filosofía de vida, es la razón de ser del chavista, de allí que la corrupción es galopante e integral y eso le da a los robolucionarios una distinción especial. La mentira permanente (pregúntele a Goebbels Rodríguez y a todos ellos) es una estrategia; el doble discurso es imperativo en el comunismo. Apoderarse de lo que no les pertenece, violando la normativa legal existente es fundamental para imponer el comunismo. El comunismo consentirá deseos impuros. De allí la propuesta que están haciendo, como “bandera electoral” para las elecciones del21N: legalizar el matrimonio gay y el aborto, entre otras similares.
Toda esta situación detallada es denunciada todos los días del año por todos los sectores de la vida nacional: políticos, económicos, sociales, trabajadores, empresarios, estudiantes, amas de casa, religiosos, culturales; todos ellos, en su conjunto estructural conforman el 90% de RECHAZO al Maduro y al régimen que dirige la destrucción de los venezolanos. Soy de los venezolanos, estudioso de la Doctrina Social de la Iglesia, que no entiende, a veces, la posición de la CEV en la actualidad. El PAPA LEÓN XIII en su Encíclica RERUM NOVARUM, es contundente en su rechazo al comunismo: plantea en ella de manera vertical, la estrategia que la sociedad organizada debe consolidar en tiempo y espacio, para denunciar los efectos mortíferos del comunismo sobre la dignidad del ser humano y sobre los valores intrínsecos a él, como la libertad, la paz, la democracia, la pluralidad política, la moral; en fin, sobre las potencialidades del hombre, no sólo para dignificarse en sí mismo, sino para hacerla realidad en la sociedad en toda su integralidad.
EL VATICANO parece mutar de posición y debe explicar este cambio, no de manera retórica; debe explicar porque cambió de rumbo, ahora se manifiesta de manera “condescendiente” con los comunistas en el poder; ahora “calla” a los obispos que levantan su voz contra los abusos y tropelías del régimen. Estoy seguro que muchos de ellos quieren GRITAR ¡basta! de la ignominia; de la violación constante de los DD.HH; del hambre, de la miseria y de la muerte de nuestro pueblo, El pueblo quiere ver en la calle a la Iglesia Católica (está exigiendo participar en la negociación política; sería un buen paso) que participó activamente el 23 de Enero de 1958. Por eso en Venezuela no pasarán los valores anticristianos. El cristiano es Venezuela, es Libertad.
Marlon S Jiménez García
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