Las últimas 24 horas han sido de las más convulsas en los últimos años, luego de que la banda que lidera Carlos Luis Revette, alias el Coqui, realizara varias incursiones en diversos puntos de la capital, dejando una estela de muerte y balas.
Todo comenzó, según fuentes policiales a Caraota Digital, cuando el pasado miércoles en horas de la mañana, una comisión policial realizó un operativo en El Valle, paa capturar a Leonardo José Polanco Angulo, alias Loco Leo, aliado de la Cota 905.
Durante el operativo, este sujeto resultó herido de gravedad. Fuentes han señalado que su salud estaría comprometida, sin embargo, no ha habido un pronunciamiento oficial sobre su muerte.
Ante esto, las bandas de la Cota 905, comandadas por Carlos Luis Revette, alias el Coqui, Carlos Calderón, alias el Vampi y Garbis Ochoa, alias Garbis, decidieron tomar la capital.
Pusieron a sus maleantes a recorrer las calles, algo inédito, robando y atemorizando a la población.
Los ciudadanos quedaron a la expectativa. Ante sus ojos, unos delincuentes se burlaban del Estado y ocasionaron que los vecinos, por más de 20 horas, tuvieran los colchones en los pasillos, para que una bala perdida no causara su muerte. Otros, se quedaron atrapados en la autopista Norte-Sur, dentro de los túneles, hasta que fueron rescatados por unidades blindadas.
Durante la madrugada del jueves, los funcionarios policiales, quienes sin poder actuar con todo el peso de la ley, fueron las víctimas. Los delincuentes comenzaron a disparar a las sedes policiales. A causa de esto, no se reportaron víctimas que lamentar.
Caracas, valle de balas por culpa del Coqui
El oeste y centro de la capital amanecieron, prácticamente, militarizados. Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y de la Guardia Nacional (GN) tomaron las calles, para devolver algo de tranquilidad. Sin embargo, las balas seguían sacudiendo el cielo.
La cifra total de víctimas fatales, al momento de escribir este reportaje, llegó a ocho. Entre ellas, dos funcionarios policiales y el hermano de un detective del Cicpc. La mayoría, por balas perdidas.
La cifra de heridos supera la decena, todos por impactos de proyectil. Se espera que el Estado, de una vez por todas, tal y como claman los ciudadanos, haga valer su fuerza y ponga bajo el estricto orden de la ley a las bandas criminales, que según fuentes policiales, huyeron hacia el estado Miranda para resguardarse.
Caraota Digital