La ley de extensión del uso del pase sanitario promulgado por el Ejecutivo de Emmanuel Macron superó la votación del Senado, aunque con numerosos cambios importantes y modificaciones del texto original. La Cámara Alta posee una mayoría conservadora que ha rebajado muchas de las exigencias que el Gobierno impuso en el proyecto de ley original.
Las sesiones de debate se alargaron hasta la madrugada, pero finalmente el proyecto de ley fue aprobado por 199 votos a favor y 123 en contra. El objetivo es que pueda entrar en funcionamiento a partir de agosto, pero antes de ello se tiene que celebrar una comisión parlamentaria mixta de diputados y senadores para ratificar los cambios introducidos a la ley por los senadores. Aunque el partido de Emmanuel Macron tiene mayoría en la Asamblea Nacional, carece de ella en el Senado, donde Los Republicanos mandan.
Varios son los puntos modificados a discutir. El principal es que el nuevo texto circunscribe el uso de este certificado sanitario solamente hasta el final del estado de alarma en el país, que actualmente está previsto que dure hasta el 31 de octubre. Esto quiere decir que, si el Gobierno no consigue ampliar el estado de alarma, apenas tendrá un uso de tres meses.
Cambios para hacer una ley mas permisiva
La tendencia general de las modificaciones ha sido para hacer una ley más permisiva y no tan estricta con los usuarios que decidan no vacunarse. Por ejemplo, para entrar a centros comerciales ya no sería obligatorio estar vacunado. La entrada a eventos culturales, museos, bares, restaurantes o eventos deportivos sí que estaría restringida a aquellos que no tengan la pauta de vacunación completa.
Además, las personas que no estén vacunadas sí que podrían estar en terrazas de bares y restaurantes mientras estas estén disponibles, ya que los senadores consideraron que el riesgo de contagio en estos lugares es “mínimo”. El texto original restringía el acceso a cualquier tipo de establecimiento a quienes no estuvieran inmunizados.
El proyecto de ley presentado por el Gobierno de Macron era uno de los más exigentes en comparación con otros países de Europa con medidas similares. El presidente francés expresó su pleno convencimiento de evitar que el virus se extienda por medio de aquellas personas que no quieran vacunarse voluntariamente. Por ello aseguró que la normalidad tendría que volver restringiendo muchos aspectos cotidianos a estos ciudadanos.
Este sábado, hasta 160.000 personas salieron a las calles de más de 100 ciudades del país expresando su total oposición a la postura del mandatario galo y contra lo que denominan una “dictadura” sanitaria. El movimiento antivacunas en Francia es uno de los más potentes de toda Europa a pesar de que una mayoría de franceses consideran positivas medidas como el pase sanitario.
Otro de los puntos polémicos de la ley era la obligatoriedad de la vacunación a trabajadores que estén expuestos de cara al público y la carta blanca que daría el Gobierno a un posible despido justificado si se negaran a vacunarse. El Senado a tumbado este último punto que podría afectar incluso a los trabajadores de la sanidad pública. A aquellos que no quieran vacunarse antes del 15 de septiembre se les impondrán sanciones, pero el despido nunca estaría contemplado.
Los datos de contagio del sábado mostraron un nuevo aumento, con unos 25.000 casos en un día, mientras que las hospitalizaciones se mantienen estables. En Europa el pase sanitario se está legalizando con el objetivo de evitar nuevos confinamientos, aunque sectores turísticos o de restaurantes aseguran que esto perjudica también a sus negocios.
France24 con EFE y AFP