Para los venezolanos las elecciones nacionales, regionales o municipales eran una fiesta, se salía a votar con alegría, con racionalidad y los resultados eran recibidos de igual manera; por supuesto, había ganadores y perdedores, pero nunca se perdía el espíritu patriota y ciudadano de la participación.
Con la llegada de este “mamotreto revolucionario”, las cosas cambiaron para mal y los poderes públicos garantes de un verdadero Estado de Derecho quedaron sometidos a las decisiones de Miraflores, primero con el Chávez y ahora con los cubanos como actores estelares en la toma de decisiones. Las elecciones parlamentarias de 2015, es bueno comentarlo, resultó en una PALIZA al PSUV y al régimen; ocurriendo que los cubanos “ordenaron” de inmediato el desconocimiento de esa AN e inmediatamente a través del TSJ y de la Fiscalía, en base a artilugios comunistas se implantó la estrategia de persecución a los miembros de esa AN; muchos de ellos, fueron a parar a los calabozos de la gendarme política del régimen Procubano, y otros, huyeron al asilo político en el exterior.
Muchas personas amigas que me consigo a diario en el trajinar cotidiano, me preguntan: ¿votar solucionaría el caos que vivimos?. Mi respuesta es sencilla, pero hay que tener en cuenta que se combinan varios factores; nadie en su sano juicio, niega de hecho y de derecho, que el régimen comunista controla de manera absoluta y visceral todas las acciones del CNE, aún con dos (2) rectores que supuestamente son de la oposición (YO, lo dudo, todas las respuestas de estos dos señores son displicentes con las necesidades de salir de los cubanos). El historial del CNE, desde el Chávez hasta el Procubano Maduro, ha actuado en todo momento, como lo sabe hacer el régimen, de manera delincuencial, en todo su ámbito estructural, permitiendo los abusos del régimen en la utilización de los recursos públicos y en el manejo del Estado, para favorecer a la cofradía de bribones y parásitos que lo sustentan; el sector militar actúa parcializado políticamente con el régimen y el PSUV, hasta el punto que su estructura institucional obedece a criterios contrarios a la CN. En todas las elecciones ocurre lo mismo, solo que ahora, engañan con esos dos rectores, se quitaron la “careta” y quieren aparentar independencia y autonomía de acción. Hasta hoy, que escribo éste artículo las condiciones siguen siendo las mismas del 2012 y del 2015.
Todos los sectores del país saben que el Maduro es el hombre, después de diablodado, con el mayor rechazo en el país; más del 90% de la población lo rechaza de manera contundente e insoslayable. Los factores opositores agobiados en su fratricida lucha interna, se preparan, como en otras oportunidades, a denunciar en lo máximo posible la ausencia de condiciones para ejercer el sufragio y ésta solicitud se da a “cuenta gotas”. Las negociaciones están en veremos, la obcecación del Maduro y los Cubanos por el poder es máxima, mucho más cuando en Cuba están en “pico e zamuro”; el régimen da un paso adelante y cinco para atrás. Quieren mantenerse en el poder y lo utilizarán, como hasta ahora lo han hecho. Esa permanencia en el poder es que permite afirmar que JAMÁS darán condiciones para realizar elecciones libres, legales y con la participación de la ONU, OEA, UE; además que la FANB actuará, como sabe hacerlo, para soslayarlas. En este proceso se habla de todo, la oposición (algunos) deshojan las margaritas; todo por participar en elecciones de jarrones chinos y de Maduro no se discute nada; el revocatorio está en los lapsos de su convocatoria y nadie se mueve para hacerlo realidad. Pareciera que un grueso sector juega al reconocimiento del Maduro y los cubanos dándole 3 años más a cambio de baratijas.
¿Hay masoquismo o la prioridad son los intereses personales? Los venezolanos vivimos una crisis en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural, en lo ético; donde haya presencia humana en Venezuela, hay muerte: ocasionada por el hambre; ausencia de medicinas, agravada por el COVID19 (los niños y los ancianos, son las principales víctimas); por la inseguridad reinante; por dificultades para el consumo de agua potable; por los problemas eléctricos que agotan la paciencia; no hay efectivo para comprar más barato los productos de “contrabando” que se puedan conseguir; por la inflación de más de 3000% interanual en los últimos de tres años, que reduce “a la nada” el poco salario devengado y veinte mil problemas más; y que aun así, existan compatriotas que por una CLAP vendan su conciencia y su alma a cambio de un voto, a sabiendas que es el “barranco” lo que nos espera a todos. Los chavistas y opositores (pero con deseos inmensos de $$$$) son los primeros que están cayendo sin retorno, y no les importa.
Marlon S Jiménez García
@marjimgar