¡Y a mí qué me importa! Por Marlon S. Jiménez García

En días pasados conseguí a un ex alumno, Víctor, en un barrio del oeste de la ciudad donde él vive desde hace unos cuantos años. Lo conocí hace muchos años atrás cuando era militante activo de COPEI; me sorprendí al verlo con una franela, una gorra roja, una carpeta marrón bajo el brazo y rodeado de unos cuantos camaradas. Comenzamos a conversar de manera afable sobre su ya no nueva militancia política y encuentro en su persona que su única motivación, al igual que su familia y vecinos, son las misiones creadas por Chávez; de allí que eran unos obsecuentes y obnubilados seguidores de él, y ahora por las mismas necesidades del Maduro y su régimen.

 

Le pregunté, ¿te interesa más el pluralismo político, donde te formaste o una sola ideología?, me dijo: ¿Y qué me importa eso de pluralidad?; de eso no comemos, no nos vestimos, vivimos de lo que nos da nuestra revolución; todos en la casa estamos metidos en las misiones y en todo lo que genere la “papa” y nos resolvemos; lo que diga nuestro Presidente Maduro y el PSUV es una orden para nosotros. Le pregunto: ¿No te importa que el país sea una Cuba más, donde la miseria es filosofía de vida, porque las misiones es comida para hoy y hambre para mañana? Mientras consigamos el día a día somos felices, ayer mi hija cumplió 15 años y el gobernador me dio todo para la “reunioncita”. ¿Qué prefieres, democracia o comunismo? Y qué me importa -me dijo- vivir en democracia o comunismo, total eso es la misma cosa y si el comandante impuso el comunismo allí estaremos para apoyarlo y con Maduro los cubanos nos dan de todo y hasta buena gente son, el fin de semana andábamos en campaña y nos tomamos unos tragos, son gente como nosotros. ¿y tus hijos y nietos serán miserables?, y qué me importa, tenemos que vivir el presente, ya veremos mañana.

 

¿Y los consejos comunales que son enemigos del propio pueblo, la inseguridad reinante, el robo a la propiedad privada y a los empleos de calidad, la corrupción galopante que corroe a la sociedad venezolana y la violación permanente a los DDHH? Víctor responde: todo eso es mentira, eso lo están generando los medios y el imperialismo para restringirle el paso a la revolución bonita que tenemos hoy los venezolanos. Allá los ricos con su vida, nosotros estamos hoy y siempre con nuestro comandante Maduro, somos felices.

 

¿Y los partidos de la oposición no te visitan, sobre todo tus ex compañeros de partido? Por ahí vienen a veces cuando hay elecciones, son impelables. Nada más se aparecen en campaña, en unas camionetotas y critican a nuestros dirigentes y son peores. Aquí en la casa no los recibimos, cuando COPEI fue gobierno ni una lata de zinc nos dieron para la casita. 

 

Sobre esa realidad, quienes hacemos vida política en oposición al comunismo gobernante, es donde debemos dar la vida para convencer a esos gruesos sectores de la sociedad que así piensen, que están equivocados y que sí hay posibilidad de salir del barranco donde los metieron sus comandantes. La oposición perdió sus momentos estelares que la propia sincronía histórica le dio; pero no por falta de voluntad política, sino por la propia dinámica contraída por los intereses personales subyacentes en sus actuaciones. Muchas veces, cada uno de nosotros tenemos en parte responsabilidad en la permanencia del comunismo en el poder; hemos sido conformistas, pasivos.

 

Los partidos políticos no han jugado ese rol protagónico esperado por la sociedad; en todos los países democráticos del orbe la oposición es el arma para oponerse a las injusticias, a las vicisitudes que arropan la calidad de vida de los ciudadanos y tienen siempre, por supuesto, las aspiraciones de llegar al gobierno para generar los cambios deseados por la sociedad. En Venezuela hay un gobierno decadente en todos los ámbitos del quehacer humano; todos sus integrantes, empezando por quien lo dirige, tienen acusaciones graves por delitos hartos conocidos y sin embargo, se mantienen en el poder violentando todo el estamento jurídico establecido, entre ellas la fundamental la CN.

 

La oposición (algunos), hay que reconocerlo, han intentado con éxito combatir con inteligencia y racionalidad al régimen, pero hay fuerzas endógenas que le juegan con “piquete negado” y los resultados no son los esperados. ¿Nos preguntamos? Las elecciones para los demócratas es el instrumento viable para el fortalecimiento de la relación entre Estado y Ciudadano; tenemos en los últimos años una lucha titánica para obligar al régimen a la realización de elecciones libres, justas y con observación internacional. Pero pareciera que eso lo fuera todo y no lo es; porque en ellas deben estar inmersas, como requisito SINE QUA NON las Presidenciales, porque es allí donde está el problema central de nuestros males. Los sectores de oposición, después de un periplo de ausencia a las urnas, parece tomar la decisión de PARTICIPAR EN EL PROCESO DE ELECCIONES DEL 21-11PARA ELEGIR Gobernadores y Alcaldes. ¿Sirve eso de algo? ¿Resuelven nuestros problemas? Todos estamos convencidos que NO hay solución a nuestros problemas. Si hemos logrado el desconocimiento del Maduro y de la AN por la comunidad internacional, ¿vamos a ir a un proceso eleccionario a cambio de nada?  Ni siquiera se ha sentado Maduro en la mesa de negociación con factores de la oposición y ya se ganó 4 años más de estadía en Miraflores sin lograr reconocimiento internacional. Estamos logrando que la mayoría del pueblo venezolano, nos diga cuando le hablemos de participar en actividades anti comunista que nos digan cómo me dijo Víctor ¡Y A MÍ QUE ME IMPORTA!   

Marlon S. Jiménez García

Marlons.jimenez55@gmail.com

@marjimgar  

 

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