En este tiempo se han aprobado diversas vacunas contra el virus y ahora los Gobiernos tratan de llegar al máximo de población para detener el avance y la propagación de las nuevas variantes del virus. Actualmente, son varios los Ejecutivos que barajan la opción de aplicar una dosis de refuerzo.
Según la Universidad Johns Hopkins, el mundo suma ya 212,8 millones de casos desde el inicio de la pandemia y más de 4,4 millones de muertes debido al nuevo coronavirus. Además, se han administrado más de 4.993 millones de dosis de la vacunas contra el Covid-19.
La Alta Autoridad de Sanitaria de Francia, el máximo órgano sanitario del país, anunció este martes la recomendación de aplicar una vacuna de refuerzo contra el Covid-19 a «aquellas personas de 65 años o más y las que estén en riesgo de formas graves». Así, la potencia europea se unió a otras naciones, como EE. UU., que respaldan la aplicación de un recordatorio de la vacuna para prevenir el contagio a causa de variantes como Delta.
Este recordatorio se establecerá a partir de finales de octubre y está enfocado a las vacunas ARNm, como las producidas por Pfizer/BioNTech o Moderna, que son las principales ofertadas por Francia.
Según el organismo de control, será necesario que hayan pasado al menos seis meses desde la finalización de la pauta vacunal completa o desde la aplicación de la segunda dosis. En el caso de haber recibido la monodosis fabricada por Janssen, se podrá optar a una dosis de refuerzo pasadas cuatro semanas desde su aplicación.
Con esta decisión, Francia se une a países como Israel -que ya ha aplicado una dosis de recordatorio a un segmento de su población- o Alemania y Estados Unidos, que anunciaron empezarán la campaña de refuerzo a partir de septiembre.
Se trata de una estrategia de protección ampliamente criticada por la OMS, que apunta el reparto desigual de las vacunas a nivel global -mientras unas naciones quieren aplicar una dosis de refuerzo otras no han completado ni la aplicación de la primera dosis- y ha pedido que las rondas de vacunación no comiencen hasta finales de septiembre.
Actualmente, Francia registra una media de 20.000 contagios diarios y la vuelta a los colegios la próxima semana tras las vacaciones de verano genera un riesgo de aumento en los casos y, sobre todo, de propagación de la variante Delta.