Un equipo de investigadores del Hospital Mount Sinai de Nueva York, en EE. UU., descubrieron el origen del síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C) asociado al COVID-19, que afecta principalmente a algunos niños, corriendo riesgo de muerte.
Los investigadores descubrieron que determinadas células del sistema inmunitario que combaten el COVID-19 no están totalmente activadas en los niños con MIS-C, y que esto se asocia a una distinta respuesta inflamatoria sostenida del coronavirus.
Según el equipo de expertos, la mayoría de los niños infectados sufren una enfermedad leve del COVID-19 pero algunos desarrollan el síndrome inflamatorio, afectando gravemente los órganos y tejidos como el corazón, los pulmones, los riñones, el aparato digestivo, el cerebro, la piel y los ojos.
“El MIS-C es un conjunto de signos y síntomas, no una enfermedad, porque hay muchas cuestiones que todavía se desconocen como la causa o los factores de riesgo”, subrayan los expertos.
El estudio publicado este miércoles 11 de agosto en la revista Nature Communications se realizado secuenciando el ARN de las muestras de sangre del Biobanco COVID-19 del Mount Sinai.
Gracias a un amplio estudio de expresión génica, los investigadores dieron un paso importante al proporcionar nuevas vías de exploración que implican complejas redes y subredes de genes analizadas en casos pediátricos de MIS-C y COVID-19 del Biobanco.
Una de las más significativas de estas redes de genes implicaba la supresión de dos tipos de células inmunitarias: las células asesinas naturales (NK) y las células T CD8+. Investigaciones previas habían demostrado que cuando las células T CD8+ combaten de forma persistente a agentes patógenos, entran en un estado de «agotamiento» y pierden eficacia y capacidad de proliferación.
El nuevo estudio señala específicamente que en los casos de MIS-C, las células T CD8+ se encuentran en este estado de agotamiento, lo que podría debilitar la respuesta inmunitaria inflamatoria. Además, el estudio también revela que el aumento de las células NK está asociado a las células T CD8+ agotadas.
“Nuestro estudio ha descubierto que el agotamiento de las células T en los pacientes con SMI-C es uno de los posibles factores que impulsan esta enfermedad, lo que sugiere que un aumento tanto de las células NK como de las células T CD8+ agotadas en circulación podría mejorar los síntomas de la enfermedad inflamatoria”, explica Noam Beckmann, profesor en la Facultad de Medicina Icahn del Mount Sinaí.
El estudio reveló además nueve reguladores clave de esta red de genes y apuntan que uno de ellos, el TBX21, es una prometedora diana terapéutica. El Biobanco COVID-19 del hospital Mount Sinai es una iniciativa creada por un equipo de voluntarios formado por más de 100 enfermeras, médicos e investigadores, que sirve de base para toda la investigación sobre COVID-19 que se está desarrollando en el centro médico.
El Pitazo