El Talibán está tratando de asentar las bases de su recién adquirido mando en Afganistán. Para ello, este sábado 21 de agosto el líder de la facción política, el Mullah Abdul Ghani Baradar Akhund llegó a Kabul para establecer conversaciones con los líderes de su grupo y esclarecer las bases del nuevo Gobierno de talibanes.
Los talibanes todavía no han desvelado el marco de su nuevo Ejecutivo, algo que funcionarios de la formación política aseguraron que harían en pocas semanas después de que sus dirigentes llegaran a los pertinentes acuerdos.
«Los expertos legales, religiosos y de política exterior de los talibanes pretenden presentar el nuevo marco de gobierno en las próximas semanas», señaló un funcionario talibán anónimo a la agencia Reuters.
Los primeros contactos entre el Ejecutivo derrocado -tras la salida del Ashraf Ghani del país- y los talibanes empiezan a ser patentes.
Abdullah Abdullah, un alto funcionario del antiguo gobierno, publicó en redes sociales que tanto él como el expresidente Hamid Karzai se reunieron este sábado con el gobernador en funciones de los talibanes en Kabul, Rahman Mansour, quien sostuvo que haría todo lo posible para preservar la seguridad de los ciudadanos en la capital persa.
«Hoy junto a Hamid Karzai, nos reunimos con Abdul Rahman Mansour, el gobernador interino de los talibanes por Kabul. Hablamos sobre la seguridad de los ciudadanos de Kabul y reiteramos que se debe priorizar la protección de la vida, la propiedad y la dignidad de los ciudadanos de la capital», dijo Abdullah a través de un trino.
La presencia de Baradar y su disposición a dialogar es significativa porque a menudo ha mantenido conversaciones con antiguos líderes afganos como lo es el expresidente Hamid Karzai. Los talibanes también están reunidos con figuras como el líder del partido Hizb-e-Islami y ex señor de la guerra, Gulbuddin Hekmatyar, quien aseguró que aparentemente los talibanes desean crear un Gobierno «inclusivo» en Afganistán.
El caos en el que sigue sumido el país
Afganistán se encuentra sumido en el caos desde que los talibanes se hicieron con el control de la capital afgana el pasado domingo, con una clara victoria de los fundamentalistas que lograron tomar Kabul sin prácticamente enfrentamientos y a una gran velocidad. Así lo reconoció el propio Baradar en un video difundido por redes sociales tras ganar el poder en la capital.
«Hemos alcanzado una victoria inesperada. Debemos mostrar humildad frente a Alá», sostuvo el dirigente político del Talibán en un vídeo que se hizo público.
En esta ocasión, a diferencia de su ‘modus operandi’ durante su mandato de 1996 a 2001 en Afganistán -que terminó con la entrada de Estados Unidos en el país tras el atentado de las Torres Gemelas en 2001-, los talibanes han prometido lanzar un Gobierno «moderado» y que sea respetuoso con la diversidad que compone la sociedad afgana. Aunque son muchos quienes desconfían de esta promesa, especialmente los sectores más vulnerables del país ante los talibanes, como lo son las mujeres -cuyos derechos humanos están en riesgo con el Talibán-.
Pero Baradar, que es una de las caras más visibles del brazo político del movimiento fundamentalista así lo ha prometido. Es el cofundador de la milicia talibán y durante años se consideró la mano derecha del Mullah Omar, el máximo líder y fundador del movimiento insurgente.
Fue él quien firmó el acuerdo de retirada de las tropas estadounidenses tras dos décadas de ocupación en el país, fijando el 31 de agosto como fecha límite para la salida de los militares de Afganistán. Algo que ha dificultado las misiones de evacuación llevadas a cabo por Estados Unidos, con la Administración de Biden trabajando a contrarreloj. Razón por la que el presidente y líder demócrata ya ha advertido a los estadounidenses que no puede garantizar el resultado de la operación ni que esté exenta de riesgos.
EE. UU. pidió a sus ciudadanos mantenerse lejos del Aeropuerto de Kabul
De hecho, este sábado el Ejecutivo de Estados Unidos pidió a los ciudadanos estadounidenses que no se acercaran al aeropuerto Hamid Karzai debido a «amenazas de seguridad», a no ser que hubiesen recibido instrucciones concretas de hacerlo. Con cerca de 12.000 personas evacuadas desde la capital afgana, Estados Unidos todavía tiene pendiente el traslado miles de ciudadanos que han solicitado asilo y de naturales de la nación.
Bahréin anunció este 21 de agosto que permitirá que los vuelos utilicen sus pistas de aviación para la evacuación, una opción que podría aliviar la presión de Estados Unidos.
Ahora, los miembros de los talibanes armados en los alrededores del aeropuerto instan a los que no tienen documentos de viaje a volver a casa ya que, al menos 12 personas han muerto en el aeropuerto y en sus alrededores desde el domingo, algo de lo que los talibanes culpan a Occidente.
«Occidente podría haber tenido un mejor plan de evacuación», dijo un funcionario del Talibán, en referencia a que Estados Unidos controla el interior del aeropuerto de Hamid Karzai y no la milicia.
Ya son 13 los países que han aprobado recibir a gente en situación de vulnerabilidad procedentes de Afganistán, pero las dudas y la preocupación crecen en especialmente en Europa ante el temor de otra nueva crisis migratoria.
Además, las tensiones entre potencias occidentales y los talibanes siguen. Este sábado, estos aseguraron que no tenían a extranjeros secuestrados pero que sí estaban interrogando a algunos antes de dejarlos volver a sus países de origen.
La situación de los detractores de este nuevo Ejecutivo es muy delicada, ya que son varias las denuncias de persecución y búsqueda «puerta a puerta» de los que difieren con el Gobierno Talibán en Kabul.
La profunda crisis económica que azota al país, junto a la inestabilidad política, ha llevado a muchos afganos a la desesperación, con escenas como gente subida a la ala de un avión C-17 de evacuación de Estados Unidos o aglomeraciones que han puesto en riesgo la integridad de las personas en el aeropuerto.
France24 con EFE, Reuters y AP