La resolución de conflictos no es un tema nuevo, esta es definida por muchos autores como el proceso por el cual un conflicto de carácter interpersonal, intergrupal, interorganizacional o internacional de raíces profundas es resuelto por medios no violentos y de forma relativamente estable, a través, primero, del análisis e identificación de las causas subyacentes al conflicto, y, consiguientemente, del establecimiento de las condiciones estructurales en las que las necesidades e intereses de todas las partes enfrentadas puedan ser satisfechas simultáneamente.
Este tema es ampliamente conocido en el ámbito político, pues en el desarrollo de dicha actividad en algún momento se debe apelar a la negociación, la mediación o el arbitraje, los cuales son básicamente los principales tipos de «conflictología» como también se le conoce.
Es lamentable que algunos de nuestros políticos, hablo sobre los de oposición, no han entendido la importancia de este recurso para limar las asperezas, con el fin de impulsar una unidad donde todos podamos converger para lograr la toma del poder por la vía electoral. Por el contrario, se han vuelto obtusos, tercos y ciegos, empleando descalificativos con quienes no deben. Sin embargo, contra el gobierno ni con el pétalo de una flor.
Lo curioso es que todos, tanto los del G4 como los de la Alianza Democrática pregonan a los cuatro vientos la necesidad de ir unidos a las elecciones del 21 de noviembre, pero hasta ahora sólo ha sido de la boca para afuera, porque pasan los días y seguimos esperando por ese «bloque» sólido que enfrente a los candidatos del madurismo para poder conquistar el mayor número de gobernaciones, alcaldías, diputados y concejales.
Los venezolanos añoramos un cambio en los destinos de nuestras regiones. Creemos que esta es una oportunidad de oro. En la calle se observa un crecimiento en la intención de la gente de ir a votar en las elecciones regionales por candidatos opositores. La gente tiene deseos de deslastrarse de esos gobernantes de gestiones grises y poner al frente hombres y mujeres que impulsen el desarrollo de sus estados, entidades que por cierto gozan de recursos naturales envidiables por otros países, pero que lastimosamente han sido mal administrados.
No podemos perder más tiempo. No podemos defraudar a quienes creen que la oposición puede marcar la diferencia y hacer las cosas bien en beneficio del colectivo. Si se han podido sentar en diversas ocasiones con el gobierno a dialogar, porqué se hace tan complicado hacerlo entre nosotros. Por el bien de los venezolanos debemos llamarnos a la reflexión y reconocer los liderazgos naturales en los distintos espacios, lo cortés no quita lo valiente. Recordemos que el interés de la sociedad debe estar por encima del individualismo. Si no es así, la historia nos lo reclamará.
Manuel Figueroa Véliz
@visionvenezuela @VelizFigueroa