El vergonzante episodio vivido esta semana en México, donde un gobernante dislocado como López Obrador, ha recibido los representantes más oscuros del terrorismo internacional, cobijados por su desvergüenza, a pesar de ser acusados internacionalmente como crueles tiranos, torturadores y sostén de clanes terroristas y de la delincuencia organizada. Pasearse con Díaz Canel, el día conmemorativo de la libertad de los mexicanos, es una ofensa a un pueblo engañado por sus proclamas democráticas.
En su desfile particular vienen a la memoria del mundo miles de muertes, desapariciones y detenciones en la isla caribeña, afectada por la hambruna comunista, mientras el espantajo castrista saboreaba los mejores manjares ofrecidos por este señor de hablar disparatado y de mentir infinito. Es una canallada al sufrido pueblo cubano.
Mientras tanto, el fugitivo tirano venezolano, llegaba escondido, solapado, subrepticio, para no correr la misma suerte que su “diplomático”, preso en Cabo Verde, burlescamente propuesto en el vaivén del dialogo, convertido en una burla más de este poderoso clan dueño de Venezuela.
López Obrador, sordo ante el demoledor informe de la ONU, organismo acusador de su huésped preferido, de graves violaciones a los derechos humanos. Reiterativamente se han comprobado crímenes de lesa humanidad por torturas, violaciones sexuales y desapariciones, ignoradas por el mañanero en sus infinitas peroratas, donde defiende a grupos como el de Sao Paulo y su sucursal mexicana de Puebla, convergencia de tiranos, tiranillos y criminales de todos los rincones del mundo. México es hoy a casa grande del terrorismo mundial.
La primera avanzada del tirano venezolano, fue conformada por más de 100 integrantes de la DDCIM, grupo paramilitar acusado por la ONU, de miles de crímenes y de aplicar el “sippenhaft”, concepto jurídico desarrollado en la Alemania nazi, consistente en extender hasta los familiares del acusado, las ordenes de encarcelamiento y tortura. Señor López Obrador, no es inventado por opositores, está en el informe de 212 páginas que usted y su canciller, agente de los cubanos, ignoran sibilinamente, principal característica de su gobierno.
El entramado por usted sostenido, es la más terrible amenaza a la democracia y la libertad, sus banderas desde la oposición, para finalmente llegar al gobierno a recoger y reivindicar asesinos y pasearlos por el sócalo, emblemático testigo de la valentía de los mexicanos para defender la libertad, no solo de su país, sino del mundo entero.
La bota insolente pisa caminos de sangre y es el campo de acción preferido de asesinos y terroristas. En los próximos días llegaran el guerrillero Petro y la contratista Piedad Córdova, a recibir la bendición y los recursos de estos agentes de nuevo cuño de la subversión en el mundo.
Luis Velázquez Alvaray