El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, viajó este martes a la frontera con Venezuela para conocer la situación de los migrantes venezolanos que huyen de su país y aprovechó para atacar al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, su potencial rival en las elecciones de 2022.
«No queremos esto en nuestro país. Nuestro bien mayor es nuestra libertad. Decisiones incorrectas llevan a esto», advirtió el líder del gigante amazónicos en declaraciones a ‘Foco do Brasil’ desde el interior de un albergue para migrantes venezolanos en la ciudad de Boa Vista (norte).
Boa Vista es la capital del empobrecido estado de Roraima, principal puerta de entrada de los miles de venezolanos que en el último lustro han atravesado la frontera con Brasil para huir de la crisis social, económica y política que atraviesa la nación caribeña.
El gobernante visitó las instalaciones montadas por la Operación Acogida, misión impulsada por el Gobierno desde 2018 y en la que participan agencias de Naciones Unidas, con el objetivo de dar atención al éxodo migratorio venezolano.
Bolsonaro, un capitán retirado del Ejército, aprovechó esa visita para cargar de forma implícita contra Lula, al que acusó de apoyar «la dictadura socialista» del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
«El presidente brasileño del pasado iba a Venezuela a hacer campaña. Es el personal del Foro de Sao Paulo» -plataforma que reúne a fuerzas progresistas de Latinoamérica-, «siempre engañando al pueblo» y «conduciendo a las personas para ir a la izquierda», se quejó el gobernante, de nuevo en alusión a Lula.
«No queremos eso para nuestros hijos. No estoy reclamando, ni haciendo campaña, estoy mostrando la realidad», subrayó, pese al marcado tono electoral de sus declaraciones, a menos de un año para las presidenciales de octubre de 2022.
Bolsonaro pretende presentarse a esos comicios, aunque por el momento todos los sondeos de opinión publicados hasta la fecha dan como máximo favorito a Lula, quien recuperó sus derechos políticos este año después de que la Justicia anulara las dos condenas por corrupción que pesaban en su contra y ha insinuado que será candidato.
El mandatario vive además su peor momento de popularidad, debido al desgaste provocado por la pandemia de coronavirus y la debilitada situación económica, con la inflación en dos dígitos y el desempleo en niveles récord.
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