«Dominique Tapie y su familia tienen la inmensa tristeza de anunciar el fallecimiento de su esposo y de su padre, Bernard Tapie, este domingo», rezó un comunicado enviado al diario ‘La Provence’ de Marsella, del que Tapie era accionista mayoritario.
Tapie, cuyos intereses empresariales incluían una participación en la marca de ropa deportiva Adidas, padecía un cáncer de estómago.
Fue presidente del club de fútbol Olympique de Marsella, al que condujo al título de la Liga de Campeones en 1993. Posteriormente fue enviado a prisión por corrupción en un escándalo de amaño de partidos en la primera división francesa.
«El Olympique de Marsella se enteró con profunda tristeza del fallecimiento de Bernard Tapie. Dejará un gran vacío en el corazón de los marselleses y seguirá para siempre en la leyenda del club», comunicó el club.
Emmanuel Macron se despide a Tapie como una «leyenda dorada»
El presidente francés, Emmanuel Macron, y la primera dama, Brigitte Macron, emitieron un mensaje en el que calificaron a Tapie de «leyenda dorada» quien, sin embargo, se vio seguido por las numerosas «sombras» de sus sagas judiciales.
«El hombre que tenía suficiente espíritu de lucha para mover montañas y derribar la luna nunca bajó los brazos, batallando contra el cáncer hasta sus últimos momentos», decía el comunicado, añadiendo que la «ambición, energía y entusiasmo» de Tapie habían inspirado a «generaciones de franceses».
El primer ministro Jean Castex también rindió homenaje a Tapie, quien fue también ministro en el Gobierno en la década de 1990, describiéndolo como un «luchador».
Stéphane Tapie, uno de los hijos de Tapie señaló su muerte con una publicación en Instagram que decía: «Adiós, mi Fénix».
«Se fue en paz, rodeado de su esposa, sus hijos y nietos, que estaban junto a su cama», decía el comunicado familiar, detallando que Tapie deseaba ser enterrado en Marsella, «la ciudad de su corazón».
Hijo de un plomero, Tapie nació en París en 1943 y salió de una infancia pobre en los suburbios para convertirse en uno de los hombres más ricos de Francia. También se dedicó a la política, llegando a ser ministro para la Ciudad bajo el Gobierno socialista de François Mitterrand en los años 90 y posteriormente diputado en los Parlamentos francés y europeo.
Tapie empezó vendiendo televisores en el barrio obrero de París, Belleville, mientras probaba su suerte como cantante en la noche. Sin embargo, pronto abandonó estas actividades y a los 30 años ya había creado un pequeño imperio adquiriendo empresas en quiebra y vendiéndolas por millones.
El permanentemente bronceado magnate hizo alarde de su nueva riqueza, comprando una enorme casa en París y una serie de mansiones en la Riviera francesa, así como un yate de 72 metros.
«Si hay algo que sé hacer, es ganar dinero», presumió en una ocasión.
«Estoy arruinado»
Tapie también encontró tiempo para actuar, aceptando papeles que incluían un inspector de policía en un popular programa de televisión.
Pero su imperio se derrumbó espectacularmente a finales de los años 90, empezando por el juicio por amaño de partidos de fútbol que le llevó a la cárcel.
Tras una serie de escándalos y reveses, se vio obligado a admitir en 2015 que estaba «arruinado» y que no tenía «nada».
El caso de Adidas, un asunto sin resolver
Tapie se enfrentó también a un proceso judicial por la compra en 1990 de la marca deportiva alemana Adidas, que se vio obligado a vender unos años después al banco estatal Crédit Lyonnais. En 2008, un tribunal de arbitraje determinó que Tapie había sido víctima de un fraude porque el banco infravaloró Adidas en el momento de la venta y le concedió entonces una indemnización de 404 millones de euros.
El precio multimillonario conmocionó a la opinión pública en Francia y el veredicto fue empañado por acusaciones de que el tribunal que lo absolvió fue parcial a favor de Tapie, en medio de dudas sobre por qué la disputa se resolvió por arbitraje en lugar de resolverse en los tribunales.
Christine Lagarde, que era entonces ministra de Economía, decidió no recurrir la sentencia, decisión por la que fue declarada culpable de negligencia en 2016 por un tribunal que resuelve los casos de mala conducta ministerial.
La gestión del caso por parte de Lagarde hizo sospechar que su antiguo jefe, Nicolas Sarkozy, al que Tapie había apoyado para la presidencia en 2007, intervino en favor del empresario, acusaciones que Sarkozy ha vehementemente negado.
En 2017 se ordenó a Tapie que devolviera el pago que recibió por la venta de Adidas, pero más tarde ganó una apelación y en 2019 fue absuelto de fraude en el caso.
Luego, los fiscales apelaron y se abrió un nuevo caso contra Tapie. Un tribunal lo declaró culpable de fraude por el acuerdo de arbitraje con el banco. Un tribunal de apelación debía emitir su sentencia este miércoles.
France24 con AFP y Reuters