Un grupo de ciudadanos suscribió una carta abierta a Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y a los señores miembros de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, pidiendo que no se avale en Venezuela «unas elecciones cuyas condiciones serían inaceptables» en cualquiera de los países europeos.
Recalcaron la ausencia total de institucionalidad en el país, y de transparencia y verificabilidad del sistema electoral. «Toda esta falta de transparencia, inducida adrede por el mismo organismo electoral, ha producido una gran desconfianza en el electorado», señalaron.
Sobre las elecciones en Venezuela
A continuación el texto completo, con las firmas que apoyan.
Señor Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
Señores miembros de la Misión de seguimiento técnico electoral en la República Bolivariana de Venezuela.
Distinguidos señores:
Nosotros, quienes abajo suscribimos, junto con venezolanos que han venido documentado la sistemática destrucción de las instituciones democráticas en su país, desde hace ya más de dos décadas, les hacemos un llamado a que no desestimen esos esfuerzos y, en cambio, sigan las conclusiones de importantes organismos o instituciones internacionales y locales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos; el Instituto para Altos Estudios Europeos; la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE) y el Tribunal Supremo de Justicia legítimo de la República Bolivariana de Venezuela (RBV), entre otros, quienes tienen ya debidamente verificado el hecho de que las instituciones en nuestro país son meras fachadas, puesto que el poder ejecutivo ha acabado con el principio republicano de la separación de poderes, garantía indispensable para el respeto a todo derecho humano.
Dado que, como alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, usted decidió enviar una misión para observar las elecciones regionales del 21 de noviembre en Venezuela, es nuestra responsabilidad alertarles sobre el cometido principal de organismos internacionales en materia electoral, como fue reconocido por el secretario general de la ONU en 1992, quien entonces creó la secretaria adjunta de Asuntos Políticos y la División de Asistencia Electoral del Departamento de Asuntos Políticos, con el fin de cooperar con los Estados Miembros para promover los derechos básicos enumerados en la Declaración Universal de Derechos del Hombre, particularmente en su artículo 21 (votar en elecciones periódicas y auténticas), pero admitiendo que eso pasa porque antes se haya creado, en el país receptor, “(…) una capacidad institucional duradera que le permita organizar unas elecciones verdaderamente democráticas de manera periódica y ganarse la confianza total de los partidos y el electorado (…)”. Resaltados nuestros.
En este sentido, no pueden pasar por alto LA AUSENCIA TOTAL DE INSTITUCIONALIDAD que existe en la República Bolivariana de Venezuela, reconocida implícitamente por usted, cuando afirmó a la prensa internacional, el pasado 17 de octubre de 2021, que “(…) las elecciones en Venezuela no son como en Suiza (…)”.
Justamente, la ciudadanía venezolana no ha cesado en su empeño por poder elegir en elecciones auténticas, porque son merecedores de igual respeto para sus derechos humanos que cualquier otro pueblo o nación y exigen elegir en elecciones auténticas. Por ello, el 13 de junio de 2018 obtuvieron una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (legitimo) de la República Bolivariana de Venezuela (RBV), que declaró nulo el uso del sistema automatizado de votación y escrutinio que se ha venido en ese país; declaró la inconsistencia del Registro Electoral Permanente (REP) y el imprescindible nombramiento de las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE) conforme lo establece la Constitución, cosa que pasa por la elecciónn auténtica de diputados a la Asamblea Nacional, lo cual no ha ocurrido porque no ha habido en la RBV un retorno a la institucionalidad.
La ausencia de transparencia y de verificabilidad del actual sistema electoral venezolano que fue puesta en evidencia por la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), en su última visita a Venezuela, con ocasión de las Elecciones Parlamentarias de 2005, sigue intacta o peor. En aquella oportunidad, la MOE-UE emitió un informe final, donde se lee, en lo referente a la no verificabilidad del sistema au- tomatizado de votación, lo siguiente:
«En opinión de la MOE-UE, las llamadas actividades de auditoría deberían haber sido denominadas en propiedad revisiones de sistemas o, en algunos casos, módulos de distribución de información. En general fueron un importante y transparente foro de discusión entre expertos de los partidos políticos, la sociedad civil y la administración electoral, pero no fueron auditorías”.
La MOE-UE también se refirió en este informe a las dudas razonables que causa sobre el secreto del voto la presencia en los centros electorales de un sistema de identificación biométrica (o capta huella), observando que:
«El principal motivo de preocupación ha sido la posible vinculación de la información de la fase de identificación y de la fase de emisión de voto, pues esto hubiese permitido la ruptura del secreto de voto».
Esta duda sobre el secreto del voto obviamente cercena la libertada del mismo. Pese a ello, el organismo electoral venezolano, lejos de corregir esta situación, la agravó. A partir de 2012 impuso que este sistema de identificación biométrica estuviese conectado, directamente y de forma ostensible, a la máquina de votación. Esto resulta mucho más intimidante para el elector.
En lo relativo a la no verificabilidad de Registro Electoral Permanente (REP) la MOE- UE manifestó:
«Otra crítica que se le dirigió al CNE [Consejo Nacional Electoral] a propósito del REP tuvo que ver con el hecho de que las copias del registro de votantes distribuidas a los partidos no contenían la informaciónn completa del domicilio, como pedían algunos. Esta petición se hacía en conformidad con disposiciones de la LOSPP [Ley Orgánica del Sufragio y Participaciónn Política], según las cuales todos los datos del registro electoral deben ser proporcionados a las organizaciones políticas previa petición (…)»
Y en el Informe titulado “Reflexiones y Aportes para la Reforma de la Legislación Electoral Venezolana” (2006), del Centro Carter, se enfatiza la necesidad de los partidos políticos de acceder a esta información sobre la residencia del elector, porque se destaca el hecho de que debe prevalecer el interés colectivo sobre la integridad del registro de electores, por encima del derecho a la privacidad del individuo.
Toda esta falta de transparencia, inducida adrede por el mismo organismo electoral, ha producido una gran desconfianza en el electorado. Según la encuesta “Percepciones ciudadanas del Sistema electoral venezolano”, hecha en 2015 por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), 44,5% de los venezolanos creía que era totalmente cierto que el CNE podía cambiar electrónicamente los resultados y sólo 30,7% creía que esto era totalmente falso. 49,9% creía que era totalmente cierto que el voto no era secreto, mientras que sólo 30,2% pensaba que esta aseveración era totalmente falsa. De aquella fecha a hoy el organismo electoral no ha hecho ningún cambio en el sistema electoral para intentar revertir esta percepción, que sólo ha empeorado, tal como lo evidencian los altos porcentajes de abstención en las últimas elecciones.
Queremos finalizar recordando un párrafo del artículo “Elecciones sin democracia, el menú de la manipulación electoral”, de Andreas Schedler, en el cual se describe cómo se perpetúan en el poder las nuevas formas de autoritarismos que han surgido en el mundo durante los últimos años.
«Organizan elecciones periódicas y de este modo tratan de conseguir, cuando menos, cierta apariencia de legitimidad democrática, con la esperanza de satisfacer tanto a los actores externos como a los internos. Al mismo tiempo, ponen las elecciones bajo estrictos controles autoritarios, con el fin de consolidar su permanencia en el poder.»
Ante esta realidad hay dos grandes favores que pueden ustedes hacerle a la democracia y en especial a los venezolanos. El primero, entender en profundidad cómo funciona el actual sistema electoral venezolano (grupos de académicos y miembros de la sociedad civil conservan documentos y estudios que les podrían resultar útiles a este respecto). El segundo, no avalen en Venezuela unas elecciones cuyas condiciones serían inaceptables en vuestros países.
Carlo Fidanza (eurodiputado)
Hermann Terstch (eurodiputado)
Victor Gonzalez (diputado al Congreso de España)
Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional
Aura Acevedo
Luis Manuel Aguana
Raúl Emilio Baduel
Leonardo Correia
Bruno Egloff
Omar Feaugas
María Mercedes Febres Cordero
Padre Pedro Freites
Iñaki Gainzarain
Raimundo Guisandes Lopez
Jesús Hernández López
William Jimenez Gaviria
Theresly Malavé
Blanca Rosa Mármol de León
José Vicente Méndez
Carines Moncada
Atahualpa Montes
Omar Mora Tosta
Maibort Petit
Vladimir Petit
Caridad Ponce García
Eleonora Ponce García
Guillermo Prieto Ochoa
José María Rodriguez
Clemente Rojas la Rosa
José Luis Salas Abad
Guillermo Salas
Marisol Sarría Pietri
Marianela Sucre
María Iruña Urruticoechea
Adriana Vigilanza
José Gregorio Contreras
Miguel Méndez Fabiano
Víctor Hugo Escalante
Arpad Bango
Luis José Gómez
Carlos Luis Galán
Molly de la Ditta
Salvadora Guaraco
Francisco Agüero
Ricardo Coa
Ángel Jesús Prati
Jorge Luis Cárdenas
Isabelita Barreiro Pérez
Jesús Cabezas Castro
El Nacional