Se ha pretendido hacer creer que las elecciones del 21 de noviembre carecen de importancia. Esa prédica sin sustentación válida, así como otras que inducen o estimulan la abstención, sólo favorece a las candidaturas de los promotores y autores del hambre, la pobreza, la miseria y la muerte en esta Venezuela arruinada y destruida del siglo XXI, a quienes se les conoce ya como culpables originales de la tragedia roja que padecemos los venezolanos. Esos sospechosos aliados del régimen le hacen tanto daño al pueblo, como los factores políticos opositores que han impedido la materialización efectiva de la unidad democrática, que sí tenía inequívocas posibilidades de derrotar aplastante y humillantemente a todas las opciones de la dictadura a lo largo y ancho del país.
Por supuesto, los electores que amamos a Venezuela, y especialmente al Zulia, haremos caso omiso a cualquier tipo de mensaje que tienda a desanimarnos; el 21 de noviembre vamos a votar y lo haremos bien, sólo por el candidato opositor que garantice el triunfo que le conviene al país y al estado. ¡Lo importante en esta oportunidad es derrotar a los fabricantes de calamidades rojas!
Si la dictadura recibe un castigo electoral significativo en las elecciones regionales y municipales, dentro de dos meses tendrá que enfrentar un proceso revocatorio, al cual se presentaría con una dirigencia media y de base desmoralizada; incluso con una deserción de líderes probablemente sin precedentes en la historia nacional. Un evento de tal monta acercaría en el tiempo el fin de la pesadilla roja. Como puede verse, esta es una de las importantes consecuencias de una gran victoria opositora el 21 de noviembre. ¡Entonces, sí vale la pena votar masivamente y elegir con la seguridad de ganar!
Ahora viene la parte más trascendente del compromiso que tenemos con Venezuela y, en este caso, con el Zulia. Es necesario votar con el cerebro y la razón; cuando hayamos reconquistado la democracia, entonces lo haremos con el corazón y los vínculos de simpatía o militancia. Ahora el apremio es derrotar el caos, la incapacidad y la indolencia. ¡El militarismo naziestalinista amerita un castigo severo!
Luego el 21 de noviembre estamos obligados a votar para ganarlo todo, sin riesgo a perder el voto. Esto se logra votando por la tarjeta del candidato opositor a Gobernador que puede vencer la fórmula del régimen. Quien puede lograr esa hazaña en el Zulia es Manuel Rosales. Pero tenemos que votar también por quienes lo acompañan en las alcaldías, los Concejos Municipales y el Consejo Legislativo. Esto es necesario para que Manuel pueda desarrollar y cumplir el magnífico Programa de Gobierno que le ha ofrecido a los zulianos. Por eso hay que votar por todos de una sola vez. Basta seleccionar la verdadera tarjeta de la Unidad, sin dejarse confundir por alguna otra parecida. Se presiona el sitio pertinente indicado, e inmediatamente se presiona también donde se lee “VOTAR”. De ese modo se elige a todos al instante. ¡Rápido y seguro! De nosotros depende que empecemos a fumigar la langosta roja que le cayó a Venezuela hace más de dos décadas.
Antonio Urdaneta Aguirre
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