Mientras no se logre unificar criterios entre unos que combaten al dictador y otros al sistema, y los que como Antonio Ledezma combaten a ambos, el régimen de opresión seguirá avanzando. Hoy es imperativo un cambio político, social y económico, es necesario el cambio, unificar criterios en favor de una estrategia de una lucha nueva, una reacción abierta y declarada contra el militarismo y esa civilidad acólita de los primeros, es necesario una reacción declarada contra ambos, acabar con los traidores que detentan el poder y con los que sin detentarlo viven de ellos, en una vulgar traición a los postulados de los partidos democráticos que en abierta clandestinidad lucharon hasta recibir la bala asesina y la tortura.
Calificar a Ledezma de rudo por su denuncia permanente, como algunos lo han hecho, en vez de descalificarlo por decir una gran verdad. Ledezma no es contradictorio, sólo se negó a entrar en el laberinto de la corrupción que campea en el país. Ledezma, como otros está lleno de pasión por Venezuela, por la libertad y la democracia. Es el maestro de una permanente denuncia que otros callan, representa a una generación que junto a Héctor Alonso López, enfrentaron los desmanes de «algunos demócratas» que por su interés en destruir a una generación emergente hoy sobrevivimos a una tormenta de destrucción masiva que lleva 22 años aniquilando a la ciudadanía.
Julio Carozzo Baclini