A partir del sábado, los austríacos deberán obligatoriamente salir a la calle cubriéndose el rostro con una mascarilla de tipo FFP2 para circular en las zonas muy frecuentadas. En Francia también piden la generalización de este tipo de protección. ¿En qué se diferencian de las otras?
El gobierno austríaco impone nuevas medidas para hacer frente al brote de covid-19. A partir del sábado, regirá la obligatoriedad de las mascarillas para salir a la calle, y sigue trabajando en un proyecto de ley que hará obligatoria la vacunación contra la enfermedad a partir del 1 de febrero, dijo el jueves el canciller Karl Nehammer.
El gobierno de Viena consiguió reducir drásticamente el número de infecciones por covid al declarar un cuarto confinamiento nacional en noviembre y diciembre pasados, pero la aparición de la variante Ómicron está provocando un repunte de las infecciones.
«Tenemos que hacer todo lo posible para evitar una nueva contención», dijo Nehammer en una rueda de prensa tras una reunión entre el gobierno federal, los dirigentes provinciales y los expertos de la unidad de coordinación de la epidemia.
Las nuevas restricciones, que entrarán en vigor gradualmente a partir del sábado, incluyen la obligación de llevar una mascarilla FFP2 al aire libre en zonas muy frecuentadas y la reducción de la validez de los certificados de vacunación a seis meses.
Las autoridades también pretenden reforzar los controles en los comercios para garantizar que sólo accedan a las tiendas las personas totalmente vacunadas o curadas de Covid.
«Si los comercios no cumplen las normas, tendremos la facultad de cerrarlos», advirtió Karl Nehammer.
Preguntado por la vacunación obligatoria, el canciller austriaco la describió como una herramienta esencial en la lucha contra la epidemia. Dijo que el ejecutivo estaba trabajando en un texto que se ajustara a la Constitución.
Al mismo tiempo, los casos de contacto que hayan recibido una dosis de refuerzo y hayan dado negativo en las pruebas de detección del coronavirus quedarán exentos del aislamiento, dijo el ministro de Sanidad, Wolfgang Mückstein. Otros podrán reducir su cuarentena a cinco días gracias a un test negativo.
¿Qué es la mascarilla FFP2?
Esta mascarilla protege las vías respiratorias contra las partículas finas y tóxicas, el polvo o ciertos virus. Protege tanto al portador como a los que le rodean. Más ajustada a la cara y con mayor cobertura, esta mascarilla es más filtrante, debido a su forma (no bosteza en los laterales, a diferencia de la mascarilla quirúrgica) y a su material.
«La gran diferencia entre la FFP2 y la máscara quirúrgica es que la máscara FFP2 es hermética. Tiene una doble filtración: hacia el exterior y hacia el interior», subraya Christian Curel, presidente del sindicato francés de fabricantes de mascarillas, él mismo al frente de una empresa de mascarillas.
Otra ventaja es que pueden proteger hasta ocho horas, frente a un máximo de cuatro horas de las mascarillas quirúrgicas.
En Francia, reclaman su generalización varios líderes y partidos políticos. Eric Ciotti, finalista en las primarias de la formación conservadora Los Republicanos y partidario de la candidata presidencial Valérie Pécresse, pidió el domingo que se generalice su uso.
La izquierda radical Francia Insumisa y el Partido Comunista Francés han anunciado que los distribuirán en los encuentros de sus candidatos.
¿Qué dicen los científicos?
Para Philippe Amouyel, epidemiólogo y profesor de salud pública del Hospital Universitario de Lille, estas mascarillas son útiles «cuando existe un riesgo real de contagio, por ejemplo en transportes o espacios cerrados mal ventilados o sin ventilación». En cambio, no son útiles «cuando vas por la calle», estima.
Los profesionales de la salud ya están familiarizados con las mascarillas FFP2, afirma Didier Lepelletier, jefe del departamento de higiene hospitalaria del Hospital Universitario de Nantes y experto del Consejo Superior de Salud Pública de Francia.
Estas mascarillas «funcionan muy bien siempre que sea un profesional el que la lleve, que haya sido entrenado para asegurarse de que la máscara se adhiere bien a su cara y que no la lleve mucho tiempo», subraya. Son «máscaras de alto rendimiento, eficaces en determinadas condiciones, y difíciles de llevar porque son técnicas y restrictivas», resume.
Además, ningún estudio científico ha demostrado hasta ahora que tengan un impacto positivo en la población general.
«Si todo el mundo llevara una mascarilla quirúrgica o una máscara de tela para el público en general, el riesgo de contagio se reduciría considerablemente», afirma Didier Lepelletier.
¿En qué países es obligatoria?
En Italia, las FFP2 son obligatorias desde el 25 de diciembre en todos los transportes públicos, cines, teatros, museos y estadios.
En Austria, se exigen en los lugares públicos cerrados, así como en los cafés o restaurantes, donde los clientes deben llevar su máscara FFP2 cuando no están sentados. En las zonas comunes de los hoteles también se exigen los FFP2.
En Alemania, las normas varían según los Länder. A nivel federal, la norma es que la mascarilla médica, ya sea FFP2 o quirúrgica, debe llevarse en el transporte público y en las tiendas. Pero algunos Länder imponen el uso específico de la máscara FFP2, como Baviera, o Baja Sajonia (Norte).
En España, el FFP2 no es obligatorio, pero sin embargo lo llevan muchos españoles, incluso en la calle.
¿Cuánto cuesta?
Son hasta seis veces más caras que una mascarilla quirúrgica, según Christian Curel, pero el precio ha bajado considerablemente desde el comienzo de la pandemia, ya que los productores chinos han reanudado las exportaciones.
Se pueden encontrar por una media de 50 a 60 céntimos de euro. El precio baja a 30 o 40 céntimos para los pedidos al por mayor de los profesionales de la salud.
Con información de RFI