El Kremlin denunció el martes la puesta en alerta de miles de tropas estadounidenses a causa de la crisis entre Rusia y países occidentales por al situación en Ucrania, viendo en ello una nueva forma de «exacerbar las tensiones» por parte de Washington.
«Observamos con gran preocupación estas acciones estadounidenses», dijo el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
Según él, Estados Unidos está «de facto (…) exacerbando las tensiones» con esta actitud, como por ejemplo anunciando, la víspera, que las familias de los diplomáticos estadounidenses radicados en Ucrania estaban abandonando el país a causa del riesgo inminente de que Rusia invada la exrepública soviética.
El lunes, Estados Unidos puso en alerta a 8.500 militares, que podrían estar listos en cinco días para apoyar a la fuerza de reacción rápida de la OTAN, que cuenta con 40.000 efectivos. Sin embargo, no se ha decidido su despliegue.
Por otro lado, Ucrania debe recibir este martes, por parte de Estados Unidos, «equipos y municiones para reforzar a las fuerzas armadas ucranianas», indicó la embajada de Estados Unidos. Según la legación, se trata de una parte de los 200 millones de dólares en asistencia a Kiev que la Casa Blanca aprobó recientemente.
En tanto, la alianza de la OTAN, liderada por Washington, anunció que sus miembros estaban poniendo tropas «en standby» (en tiempo de espera) y que también estaban enviando barcos y aviones para reforzar la defensa de Europa del Este. Y ello, pese a que Rusia vea como una amenaza el despliegue de tropas de la Alianza atlántica cerca de sus fronteras.
Los occidentales acusan al gobierno ruso de haber concentrado a más de 100.000 soldados a la frontera con Ucrania, de cara a una posible invasión, después de que Rusia se apoderara de Crimea en 2014. Moscú está además considerado como un apoyo de los separatistas prorrusos con los que Kiev está en guerra en el este del país desde hace ocho años.
Respuesta esta semana
Rusia siempre ha negado pretender invadir Ucrania, pero condiciona una desescalada a la firma de tratados que garanticen que la OTAN no se expandirá, sobre todo incorporando a Ucrania.
Unas reivindicaciones que tanto la Unión Europea (UE) como Estados Unidos consideran inaceptables, aunque aseguran que se toman en serio las preocupaciones manifestadas por Rusia y que quieren negociar para encontrar soluciones.
Tras una ronda de negociaciones, Washington debería enviar una respuesta esta semana, por escrito, a las exigencias planteadas por Rusia. Pero en paralelo, el presidente estadounidense, Joe Biden, decidió poner a sus tropas en estado de alerta, lo que incrementó la presión.
La medida pareció tomar por sorpresa a algunos dirigentes europeos, preocupados por no provocar al Kremlin.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que desea proponerle «un camino de desescalada» a su homólogo ruso, Vladimir Putin, «en los próximos días». El Kremlin confirmó que esta semana conversarán.
Además, Francia también acogerá el miércoles una reunión de consejeros de alto rango de Alemania, Rusia y Ucrania, en un intento de revitalizar el formato de diálogo instaurado en 2015 y que actualmente se encuentra en punto muerto.
De su lado, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, lanzó un llamado a no «dramatizar» la situación.
Estados Unidos asegura que no hay «divergencias» con los europeos respecto a las eventuales sanciones que se le podrían imponer a Rusia si invade Ucrania ni tampoco respecto a la urgencia de la amenaza.
Asimismo, Washington sostiene que se quiere coordinar con sus aliados europeos, más suspicaces desde que Estados Unidos decidió retirarse de Afganistán, según ellos de forma muy unilateral.
Graves consecuencias
Además, Biden organizó el lunes una videoconferencia con mandatarios europeos, de la UE y de la OTAN.
Para salir de la crisis, Rusia exige garantías jurídicas de que la OTAN no se ampliará. También reclama que las fuerzas y armamentos de la Alianza atlántica sean retirados de los países de Europa del Este que forman parte de la organización.
Moscú advirtió que si se ignoran sus «preocupaciones legítimas», habrá «consecuencias más graves».
Por su parte, los occidentales amenazan con imponer unas sanciones de una dureza inédita contra Moscú si Rusia decide invadir Ucrania, aunque el Kremlin siempre se ha mostrado bastante insensible a este tipo de represalias.
Entre las opciones que ha preparado la UE, se encuentra la reducción de las compras de gas y petróleo ruso (que representan un 43% y un 20% del abastecimiento de la Unión), según dijo a la AFP una fuente europea. Una idea que, sin embargo, genera división entre los socios europeos.
Estados Unidos, en tanto, contempla prohibirle a los bancos rusos el uso del dólar, algo que asestaría un duro golpe a las finanzas y la economía real del país.
Con información de AFP