Violencia en Arauca provocó el desplazamiento de 170 familias

La tensión que se vive en Arauca, en la frontera colombiana con Venezuela, tras la oleada de violencia por los asesinatos selectivos emprendida por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) la semana pasada contra una disidencia de las FARC, provocó el desplazamiento de 170 familias (unas 673 personas).

«Además de las 170 familias desplazadas en Arauca, el fenómeno ya empieza a sentirse en Norte de Santander, particularmente al municipio de Toledo a donde han llegado 24 familias», denunció la Defensoría del Pueblo de Colombia.

Estos mismo comprobaron «una gran tensión por parte de las comunidades y temor porque las acciones de los grupos armados puedan generar más muertes».

El 2 de enero, organizaciones sociales y vecinos de zonas rurales de los municipios de Tame, Fortul, Arauquita y Saravena empezaron a reportar el hallazgo de cadáveres.

Hasta la fecha ya ascienden a 33 los homicidios registrados por las autoridades en las últimas dos semanas.

Al principio se habló de un enfrentamiento armado entre el ELN y una disidencia de las FARC, el Frente 10. Sin embargo, la Fiscalía aseguró que los disparos que tenían los cuerpos fueron hechos a corta distancia.

Lo que sugiere que se trataría de ejecuciones, muy probablemente obra del ELN.

«Persiste el temor de las comunidades, por esta razón estamos en el departamento de Arauca conversando directamente con las comunidades que han resultado afectadas por las acciones de los grupos armados ilegales que se disputan las actividades ilícitas en la zona de frontera», aseguró este jueves Carlos Camargo, defensor del Pueblo.

Según expertos y autoridades, los asesinados serían miembros directos o de las redes de apoyo de las disidencias del Frente 10. El cual está dirigido por un antiguo mando medio de las FARC, Jorge Eliécer Jiménez Martínez, alias Jerónimo o Arturo.

Igualmente, se cree que está coordinado por las disidencias nacionales de alias Gentil Duarte, o incluso familiares o vecinos.

Tras estos hechos, organizaciones de derechos humanos denunciaron a principios de esta semana que las disidencias de las FARC han amenazado a líderes sociales.

Así como líderes de Juntas de Acción Comunal de la zona, donde existe una red fuerte de tejido asociativo y sindicalista.

El 9 de enero, la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra denunció que fue lanzado un explosivo contra las instalaciones de la empresa comunitaria que gestiona el acueducto y el alcantarillado de Saravena, fundamental para el saneamiento de esta cabeza municipal.

Arauca fue y sigue siendo el gran fortín del ELN en Colombia. Se considera que entre 60% y 70% de sus efectivos se encuentran ahí o en la parte venezolana.

Ahí libraron y ganaron hace unos 20 años una batalla llena de violencia contra los paramilitares. Así como contra el Ejército y también contra las FARC por el control del territorio.

Sin embargo, la expansión del Frente 10, auspiciada por el vacío de poder en la frontera y del lado venezolano, y el asesinato de mandos medios del ELN, provocaron que esta última guerrilla se enfrentase contra los exFARC.

Las disidencias avisaban en un comunicado la semana pasada, «hemos ordenado a todas nuestras unidades, urbanas y combatientes, que todo lo que simpatice, milite, dirigencia política, comunales, con el ELN serán objetivo militar».

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