La presidenta electa hondureña acusó a legisladores izquierdistas afines a su bloque de romper el acuerdo que tenían para nombrar a Luis Redondo, del Partido Salvador de Honduras, como nuevo líder del Congreso, un pacto que garantizaba la mayoría de escaños y favorecía la gobernabilidad del mandato que inicia el 27 de enero.
La esfera política de Honduras se revolucionó luego de que este viernes 21 de enero de 2022, la presidenta electa Xiomara Castro acusara a 18 legisladores de su partido de “traición”, luego de que estos eligieran a Jorge Cálix como nuevo presidente del Congreso, ignorando un pacto con el Partido Salvador de Honduras (PSH), un aliado clave.
Dentro de los planes trazados por Castro, aparecía como un movimiento trascendental que Luis Redondo, del PSH, fuera el líder del Congreso, un hecho que aumentaba las posibilidades de tener mayor consenso parlamentario y conquistar una mayoría que otorgara gobernabilidad. Quienes fueron tachados de «traidores» justificaron su decisión alegando que el nombramiento de un hombre del Partido Libertad y Refundación (Libre) –mismo con el que Castro ganó las elecciones- tenía como objetivo proteger al Gobierno.
A través de Twitter, la mandataria electa manifestó su enfado y luego confirmó que los 18 legisladores que fueron en contra de su decisión de votar a un miembro del PSH como cabeza del Congreso habían sido expulsados.
La exclusión de los diputados disidentes fue notificada por Castro en una reunión extraordinaria de los referentes y miembros del Partido Libre, que aún tiene como coordinador a Manuel Zelaya, expresidente hondureño y esposo de la nueva mandataria. También le solicitó al Tribunal de Ética Revolucionario de Libre que «tome las medidas que corresponden para completar el expediente que respalde» la salida de los 18 acusados.
«A partir de la fecha pierden su condición de militantes activos de nuestro partido y les queda prohibido hacer sus acciones en nombre de Libre», aseveró la presidenta. Hubo dos parlamentarios que votaron a Cálix que luego fueron ‘absueltos’ del castigo porque retiraron su voto.
Además, Castro llamó a los miembros de Libre de toda Honduras a dirigirse hacia la ciudad capital de Tegucigalpa este sábado para realizar una vigilia desde la noche hasta primeras horas del domingo para “repudiar el intento de secuestro del poder legislativo”.
La promesa con el PSH para liderar el Congreso surgió luego de que su candidato, Salvador Nasralla, renunciara a su candidatura en época electoral y apoyara a Xiomara Castro, esposa de Zelaya, derrocado en 2009.
El partido de Xiomara Castro pierde fuerza parlamentaria
Sin embargo, las cifras no les alcanzan a los aliados de la nueva jefa de Estado para concretar el pacto, dado que, según la ley hondureña, necesitan una mayoría más uno para nombrar a los directores de la Cámara o para tener la facultad de reformar y derogar leyes. Libre y sus aliados se quedaron con 60 de los 128 escaños tras las elecciones. De esos, 50 pertenecían a Libre, pero ahora el número quedará reducido a 32.
Nasralla catalogó esta rebelión como “otro golpe, como en 2009” contra la voluntad de los hondureños que eligieron a Castro en las urnas con la ilusión de que el PSH fuese quien liderara la Cámara. Ahora, esta desavenencia con su aliado, probablemente dificulte la capacidad del oficialismo para fijar posturas en el Congreso.
El próximo 27 de enero, Castro asumirá como presidenta de Honduras y le ofreció a la comunidad internacional “la seguridad” de que estos acontecimientos que “amenazan con desatar una crisis innecesaria en el Congreso, no van a detener la realización de la fiesta democrática del pueblo”.
Con información de EFE / Reuters / France24