Frente al presunto comercio o movimiento ilegal de personas con intenciones de esclavitud laboral, explotación sexual contra la voluntad y su bienestar, el diputado en la Asamblea Nacional (AN), Omar Ávila, plantea, desde el partido político Unidad Visión Venezuela una seria investigación sobre el presunto tráfico de los seres humanos.
Trajo a colación los casos recientes de migrantes venezolanos que se han visto en la necesidad del salir del país por diferentes vías y transportes, -especialmente por lanchas o peñeros- y sugirió varias preguntas que llevan a delinear una posible investigación exhaustiva de los supuestos movimientos ilegales que se dan en el país, entre las que resaltan ¿Quiénes se benefician con el tráfico de personas?, ¿Quién o quienes dejan zarpar esas lanchas?
En el caso de la tragedia ocurrida en días recientes con la lancha venezolana en aguas Trinitarias resaltó la existencia de un protocolo, en el que en primero la guardia costera hace contacto por radio, luego hace contacto por altavoz. Si corresponde en el proceso se le franquea la nave al que incursiona, después se hacen disparos de advertencia y finalmente se dispara a los motores. Entendiendo que este protocolo se cumplió es entonces en primer lugar el peñero quien obliga a disparar a los motores. “El problema es que hay un niño muerto”, destacó.
De acuerdo con el legislador y secretario general de la organización política Unidad Visión Venezuela, Omar Ávila, “no es menos cierto que ese peñero violó las leyes, por lo que si hay algún responsable de esa muerte son los que dirigían la embarcación, por lo que la desventura del niño caído es responsabilidad de quienes lo montaron en ese peñero, incluyendo a su madre”.
Sin embargo no responsabilizó totalmente a las autoridades competentes de la situación que atraviesan los viajeros en lanchas con posiblemente clandestino foráneos. “No es que esto le quite la cuota grande de responsabilidad que tiene el gobierno nacional, como tampoco es menos cierto que Trinidad y Tobago tiene todo el derecho de resguardar sus límites como país y no dejar entrar o tocar sus aguas territoriales sin un permiso correspondiente”.
Durante su reflexión consideró como importante que se avive el éxodo dentro del mismo país: ¿Por qué no fomentar la migración interna?, se preguntó. Porque, no es la misma situación la del venezolanos que vive en Caracas o en las capitales de los principales estados del país, a los que viven en Amazonas, Delta Amacuro e incluso en regiones como el Oriente de nuestra Venezuela. Hay que ser responsables y también decir que hay muchos venezolanos regresando en busca de una calidad de vida que en el exterior no pudieron alcanzar.
“No puedo dejar de decir que Trinidad es una isla que vive con el trauma de que fue venezolana, temiendo una reclamación latente y que tiene apenas 1.4 millones de habitantes. El ritmo de migración de venezolanos indica que en poco tiempo la isla podría tener un número similar a Aruba, Bonaire y Curazao”.
“Por primera vez en décadas, la población de Venezuela es decreciente, lo que es mortal para un país cuyos vecinos crecen a pasos agigantados. Trinidad y Tobago es al día de hoy el país más rico del Caribe en términos de PIB per cápita. Consignó una misiva ante el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores sugiriendo que se conforme una Comisión Binacional que asuma este problema que afecta a ambas naciones”, dijo.
Finalizó invitando a que como Nación “demos una respuesta contundente de todo un país unido. En resumen que demostremos con hechos y no palabras que realmente nos importa la gente, nuestra gente”.
Nota de prensa / DCN