Nueve personas murieron y otras nueve fueron heridas el lunes en un bombardeo ruso contra una torre de televisión cerca de la ciudad de Rivne, en el oeste de Ucrania, anunciaron las autoridades locales.
“A esta hora podemos declarar que hay nueve muertos y nueve heridos”, indicó a la prensa Vitaly Koval, el responsable de la administración local. Precisó que “dos misiles” impactaron en la torre de televisión de la localidad de Antopil, a 15 km al este de Rivne, y en un edificio administrativo aledaño.
“Por ahora, las operaciones de rescate siguen en curso y seguirán hasta que los escombros en los edificios sean completamente retirados”, agregó.
Los rescatistas ucranianos indicaron que el bombardeo ocurrió a las 3:35 a. m. (hora Londres) del lunes 14 de marzo. Según Kobal, el acceso a la televisión ya se había restablecido en la tarde en la parte norte de la región de Rivne, a través de la red de cable.
Debido a los últimos acontecimientos, incluido este nuevo bombardeo, el primer ministro ucraniano, Denis Shmyhal, pidió este lunes al Consejo de Europa que expulse inmediatamente a Rusia de esta organización de defensa de derechos humanos con sede en Estrasburgo (Francia).
“Pedimos decisiones más duras. Pedimos que adopten una decisión sobre la expulsión inmediata de Rusia del Consejo de Europa”, reclamó por videoconferencia a la Asamblea Parlamentaria de la organización paneuropea.
En un discurso en lugar del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, Shmyhal urgió a los países a obrar por detener la “agresión antes de que haya una catástrofe nuclear o que toda Europa esté en llamas”.
El Comité de Ministros, su órgano ejecutivo, ya decidió el 25 de febrero, un día después de la invasión, “suspender” la participación de Rusia en las principales instancias del Consejo de Europa.
La medida afecta en concreto al Comité de Ministros y a la Asamblea Parlamentaria, pero no al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), lo que le permite seguir ofreciendo protección a los ciudadanos rusos.
La secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejcinovic, indicó a principios de mes a la AFP que “cada vez más voces” piden ir más allá y expulsar a Rusia de la organización, algo inédito. La organización, creada en 1949 en un contexto de incipiente guerra fría y que reúne a 47 países, ya adoptó sanciones contra Rusia tras la anexión en 2014 de la entonces península ucraniana de Crimea.
La delegación rusa en la Asamblea Parlamentaria fue privada entonces de su derecho a voto. En respuesta, Moscú suspendió su aportación al presupuesto de la organización. Tras cinco años de crisis, el diferendo se solucionó y la delegación rusa volvió a integrar el órgano deliberante del Consejo, organismo que no está vinculado a las instituciones de la Unión Europea (UE).
Con información de la Semana