El duodécimo día de invasión rusa a Ucrania amplió el listado de daños materiales y humanos, con nuevos bombardeos este lunes en la franja sur del país que une la península de Crimea con la zona de las autoproclamadas repúblicas separatistas del Donbás. Pero el día también dejó tímidos avances en el frente diplomático, como la voluntad de China para mediar en el conflicto o el debate sobre la creación de corredores humanitarios, tras tres intentos fallidos de abrir vías para evacuar a los civiles de las zonas más golpeadas por la guerra. La tercera ronda de negociaciones entre los dos países enfrentados se cerró después de que Moscú fijara sus exigencias al Gobierno de Volodímir Zelinski para lograr un alto el fuego “inmediato”, según una conversación del portavoz del Kremlin, Dimítri Peskov, con la agencia Reuters.
La tercera ronda de conversaciones entre las autoridades ucranias y rusas concluyó sin apenas avances y la sensación de que tomará mucho más tiempo antes de alcanzar la paz. “No nos hacemos ilusiones en lograr un resultado definitivo en la siguiente fase de las negociaciones con Ucrania. Es un trabajo duro”, afirmó uno de los integrantes de la delegación rusa, Leonid Slutski, al concluir la reunión.
Mientras, la guerra continúa con nuevos bombardeos este lunes en la franja sur de Ucrania que une la península de Crimea con la zona de las autoproclamadas repúblicas separatistas del Donbás. Las tropas rusas estrechan también el cerco a la capital, que se prepara para resistir al asedio.
China se declaró este lunes dispuesta a mediar en el conflicto. En sus declaraciones más claras hasta el momento sobre su interés en ocupar ese papel, el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, indicó que su país está dispuesto “a llevar a cabo la mediación necesaria cuando haga falta”. Pero eso no implica que Pekín vaya a distanciarse de su socio estratégico. La relación con Moscú es “sólida como una roca” y se va a continuar profundizando, aseguró el ministro, informa desde Pekín Macarena Vidal Liy.
Las exigencias del Kremlin en la mesa de negociación son tres: el Gobierno ucranio debe reconocer la península de Crimea como rusa y las autodenominadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk como territorios independientes. Debe, además, rubricar en su Constitución un estatus “neutral” que le impedirá unirse nunca a ningún bloque occidental, especialmente la OTAN. El primer paso, afirma Moscú, sería el fin de la resistencia armada ucrania. “Estamos concluyendo la desmilitarización de Ucrania”, afirmó Peskov. “Lo vamos a conseguir, pero si detienen ahora su acción militar, nadie va a seguir disparando”. “Donetsk y Lugansk no quieren ser parte de Ucrania. Pero eso no significa que deban ser destruidas”, añadió el portavoz del presidente ruso, Vladímir Putin.
El mayor éxito de la reunión fueron “unos pequeños avances en la logística de los corredores humanitarios”, según el jefe de la comitiva ucrania, Mijaíl Podoliak. Su homólogo ruso, Vladímir Medinski, no se mostró tan convencido. “Dejemos este asunto en el aire. Esperamos que los corredores funcionen mañana, la parte ucrania nos ha asegurado eso”, recalcó el representante de Moscú.
En la reunión de este jueves, que duró unas tres horas, se abordó no solo la “neutralidad” de Ucrania, sino también otras cuestiones que el Kremlin ha denunciado todos estos años, como la situación del idioma ruso en el país vecino. El ruso dejó de ser oficial en Ucrania en 2019, al final de la legislatura del anterior presidente, Petró Poroshenko, y con Zelenski se legisló recientemente que todos los medios en ruso —no así en otras lenguas— tienen que tener una versión en ucranio.
La delegación rusa esperaba firmar algunos preacuerdos en esta reunión, pero según su jefe, las expectativas “no se hicieron realidad”. “Llegamos con un gran número de documentos escritos: acuerdos, borradores, propuestas… Y esperábamos que hoy hubiera sido posible firmar al menos un protocolo sobre algunos de los puntos que en principio hemos acordado, pero la parte ucrania se llevó los documentos para estudiarlos”, explicó Medinski.
Las conversaciones entre las autoridades de Kiev y Moscú se produjo el mismo día en el que los 27 países de la Unión Europea acordaron iniciar el proceso para que Ucrania, Moldavia y Georgia se puedan convertir, en un futuro, en miembros del club comunitario, tras la petición que estos tres países hicieron a Bruselas la semana pasada, informa desde Bruselas Manuel V. Gómez. Se trata de un primer paso, pero tiene un mensaje político claro en un momento en el que Ucrania está luchando contra las tropas rusas que tratan de invadir su territorio. Según informó la presidencia francesa de la Unión en su cuenta oficial de Twitter, los Veintisiete pidieron el lunes a la Comisión que dé el primer paso en ese camino, elaborando el informe necesario para decidir si los países de la UE conceden a Ucrania, Moldavia y Georgia el estatus de país candidato.
El presidente Zelenski firmó la petición de adhesión a la UE la semana pasada, como parte de la respuesta a la invasión que Rusia inició el 24 de febrero. Moldavia y Georgia siguieron sus pasos acto seguido, ante el temor a Moscú. El último informe de la ONU señala que 406 civiles han perdido la vida desde el 24 febrero, día del inicio del ataque ruso en Ucrania, aunque la organización reconoce que la cifra real es superior.
Los aliados han decidido mantener la presión contra Putin a través de las sanciones pese a las turbulencias que generan en sus propias economías y las diferencias que suscita un asunto crucial como el veto a las importaciones rusas de petróleo, especialmente lesivas para los europeos. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo una llamada telefónica con los líderes de Francia, Emmanuel Macron, Alemania, Olaf Scholz, y el de Reino Unido, Boris Johnson, en la que compartieron “determinación en continuar elevando los costes” contra Rusia por la invasión de Ucrania, según el resumen hecho público por la Casa Blanca, una invasión “injustificada y no provocada”, informa Amanda Mars desde Wahsington.
En el duodécimo día de agresión, en el que las fotografías de civiles muertos tratando de huir de las bombas rusas han causado estupor en medio mundo, los dirigentes también subrayan su compromiso en continuar proporcionando ayuda económica, humanitaria y en materia de seguridad a Ucrania. La cuestión es cómo se materializa todo este respaldo. El Congreso de Estados Unidos impulsa una votación de carácter bipartito para prohibir las importaciones de crudo de Rusia y el secretario de Estado, Antony Blinken, aseguró el domingo que los países occidentales están negociando intensamente esta medida con el fin de endurecer la respuesta Vladímir Putin, pero Alemania ha recalcado este lunes que no planean suspender las compras del petróleo ruso.
La vía diplomática no se ha cerrado completamente, pese a todo. Los ministros de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y ucranio, Dmitro Kuleba, tienen previsto reunirse por primera vez este jueves en Turquía para tratar de buscar una salida al conflicto desatado por la invasión rusa de Ucrania. En principio, lo harán en la ciudad sureña de Antalya y en un formato a tres, con la presencia de su homólogo turco, Mevlüt Çavusoglu. “Nuestro objetivo más urgente es el cese de los combates”, explicó el jefe de la diplomacia turca al anunciar la cita, que consideró un “paso importante” hacia la paz y la estabilidad. Posteriormente, la portavoz de Exteriores rusa, María Zajarova, confirmó a la agencia TASS la participación rusa en la reunión, según informa desde Estambul Andrés Mourenza.
Con información de El País