Tres goles del francés Karim Benzema, en los minutos 61, 76 y 78, dieron la vuelta a la eliminatoria de octavos de final de la Liga de Campeones para un Real Madrid que se vio 0-2 abajo en el global tras el tanto en la primera parte, en el minuto 39, del galo Kylian Mbappé.
Un gol que ponía muy de cara el pase a cuartos para el París Saint-Germain, pero que no supo mantener en una segunda mitad en la que, tras encajar el primer tanto en un error en la salida de balón del italiano Gianluigi Donnarumma, se vieron superados por el juego de los locales y por el ambiente del Santiago Bernabéu.
De los aplausos iniciales cuando sonó el nombre de Kylian Mbappé por megafonía a que haya sido un compatriota suyo como Benzema el que finalmente decantó el encuentro.
Cuando parecía que Mbappé, que puede ser su próximo jugador, le había triturado, cuando parecía que su festival había acabado con el Real Madrid, el conjunto de Carlo Ancelotti se levantó de la lona de la forma más imprevista y, en un alarde de coraje, de recuerdo de aquellas noches de remontada, al amparo de un triplete de Benzema, liquidó al todopoderoso PSG del tridente y se clasificó para los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Otra noche de las que pasarán al recuerdo del madridismo, que contempló enfervorizado, en un Bernabéu enloquecido, la reacción de su equipo ante un rival que había sido más que superior, con un Mbappe estelar, un Neymar y un Messi como lanzadores de lujo, y un conjunto propio que había desvelado algunas de sus lagunas.
La última remontada europea se produjo ante el Wolfsburgo con un triplete de Cristiano. Esta vez de su delfín y compañero en tantas batallas, Benzema, que fue por un balón imposible, forzó el fallo de Donnarumma en la salida del esférico y ahí comenzó una remontada tan fulgurante que dejó amilanados a Mbappe y sus compañeros, incapaces de frenar el vendaval que de repente se había levantado en el coliseo blanco.