El ministro brasileño de Educación, Milton Ribeiro, presentó el lunes –28 de marzo– su renuncia tras verse envuelto en un escándalo en el que es investigado por tráfico de influencias para favorecer a aliados políticos de pastores evangélicos. El presidente Jair Bolsonaro aceptó y firmó la dimisión, publicada en el diario oficial.
El escándalo estalló la semana pasada, luego de que el diario Folha de Sao Paulo reveló un audio en el que el ministro aseguraba que, a pedido del presidente, daría prioridad a la liberación de recursos públicos destinados a educación hacia municipios gobernados por “amigos” de dos influyentes pastores.
A raíz de esa filtración, el Supremo Tribunal Federal autorizó una investigación contra el ministro. “Decidí solicitar al presidente no continuar en el cargo, con la finalidad de que no pese ninguna duda sobre mi conducta ni la del gobierno federal”, dijo Milton Ribeiro, de 64 años, en una carta enviada al presidente el lunes y divulgada por la prensa brasileña.
Ribeiro es el tercer ministro de Educación de la gestión de Bolsonaro y la suya ha sido una de las carteras más problemáticas, junto con Salud, por la pandemia. La salida del ministro coincide con los primeros movimientos de la precampaña para la reelección de Bolsonaro, quien, pese a varias denuncias, ha sostenido como uno de los supuestos logros de su gestión el fin de la corrupción.
Un colaborador del Palacio de Planalto dijo a la AFP que la permanencia de Ribeiro se había vuelto “insostenible” a medida que crecía la presión de algunos ministros para que saliera, evitando así un desgaste para la imagen del gobierno en un año electoral.
“Tengo plena convicción de que jamás realicé un solo acto de gestión en mi ministerio que no fuera marcado por la corrección, la probidad y el compromiso con el erario. (…) Después de que sea demostrada mi inocencia, regresaré”, agregó el ministro en la carta.
Bolsonaro había defendido al ministro el jueves pasado cuando dijo, durante su transmisión semanal por Facebook, que ponía “su cara en el fuego” por Ribeiro y calificó de “cobardía” la acusación. Ribeiro asumió sus funciones en julio de 2020 en el gobierno del ultraderechista, que llegó al poder apoyado por el electorado evangélico.
Cuando los audios del ministro fueron revelados, la justicia brasileña no dudó en condenar las actuaciones de Ribeiro. “La gravedad de la situación descrita es innegable y no podría dejar de ser objeto de una investigación inmediata, profunda y esclarecedora de los hechos y sus consecuencias, incluidas las penales”, escribió la jueza Carmen Lúcia en su decisión.
La jueza atendió un pedido del Ministerio Público para investigar “si personas sin vínculo con el Ministerio de Educación actuaban para la liberación de recursos” de un fondo nacional para el desarrollo de la educación.
“Mi prioridad es atender primero los municipios que más necesitan y, en segundo lugar, atender todos los que son amigos del pastor Gilmar”, dijo Ribeiro durante una reunión en la que habrían participado alcaldes y los pastores Gilmar Santos y Arilton Moura, quienes según el diario tendrían una gran influencia dentro del gobierno.
“Fue un pedido especial que el presidente de la República me hizo”, añadió el hasta hoy ministro en los audios filtrados por los medios de comunicación del país. Ribeiro rechazó las acusaciones de tráfico de influencias y aseguró en un comunicado que Bolsonaro “no pidió una atención preferente para nadie”.
Bolsonaro el jueves pasado, defendió a Ribeiro, diciendo que estaban actuando con cobardía hacia él. El presidente se enfrenta a una elección donde quiere aumentar su mandato, sin embargo, todas las encuestas dan como ganador al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Fuente: Semana