Aunque todavía falta por determinar el sentido de cerca del 50% de los asientos de la Asamblea, el recuento provisional apunta a que la formación nacionalista del Sinn Fein, antiguo brazo político del grupo terrorista IRA, habría obtenido el 29% del los votos de primera preferencia en los comicios autonómicos que se celebraron el jueves en Irlanda del Norte. El partido de Michelle O’Neill, quien aspira a convertirse en ministra principal, evidencia la fuerte división del unionismo norirlandés.
El Sinn Fein será el partido con más representación en la Asamblea de Belfast, en Irlanda del Norte. Así lo determina el conteo provisional, que sostiene que la formación nacionalista, antiguo brazo político del extinto grupo terrorista del IRA, ha obtenido el 29% del escrutinio de primera preferencia en las elecciones autonómicas que se celebraron el jueves en el norte de la isla de Irlanda.
Aunque el recuento oficial continúa y todavía quedan cerca del 50% de los 90 asientos de la Asamblea por determinar, la victoria del Sinn Fein ya se da por hecha, lo que supone un hito, pues es la primera vez en la historia que gana las elecciones el partido nacionalista republicano que apuesta por la reunificación de la isla y por la salida del territorio del Reino Unido.
Los datos del conteo preliminar también esgrimen una división del unionismo norirlandés. El Partido Democrático Unionista (DUP) recibió el 21,3% de sufragios, mientras el Partido Unionista del Úlster se hizo con el 11,2% de los votos y la formación Voz Unionista Tradicional con el 7,6%.
El Brexit, que fue rechazado por la sociedad norirlandesa en 2016, ha tenido consecuencias en estos comicios para el DUP, que sigue defendiéndolo.
«El unionismo no puede permitirse esta división. Se pueden perder escaños por ello, aunque tengamos intereses comunes por nuestra creencia en la unión con el Reino Unido o por nuestra oposición al protocolo (aplicado en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte para evitar una frontera dura tras el Brexit, medida que impone más trabas comerciales entre esta región y el resto del Reino Unido)», declaró el líder de la formación, Jeffrey Donaldson.
Por otra parte, el Partido Alianza, centrista liberal, mejoró sus resultados y con el 13,5% se afianza como tercera fuerza del tablero político.
Durante la campaña electoral, el tema de la reunificación, una apuesta del Sinn Fein, volvió a estar en el centro del debate, también por parte de los unionistas. Para los defensores de que Irlanda del Norte permanezca como parte del Reino Unido este es un momento crucial, ya que el Brexit, dicen, pone en jaque la relación histórica con la corona británica.
Michelle O’Neill podría ser ministra titular de la región
Con estos resultados, Michelle O’Neill, la lideresa del Sinn Fein en la región de Irlanda del Norte, se postulará como ministra principal, un puesto que nunca ha sido ocupado por un nacionalista republicano en un siglo de historia de la provincia británica.
«Me siento muy positiva, creo que hicimos una campaña muy positiva», señaló este viernes O’Neill en un acto conjunto con la presidenta del partido, Mary Lou McDonald, quien aseguró que la formación ha vencido en «las elecciones más importantes de toda una generación».
“Traemos un mensaje de cambio, de progreso, de colaboración con el resto de fuerzas políticas. Queremos dar las gracias a todos los que nos han dado su apoyo. Estas son las elecciones de una generación, y ahora toca arremangarnos y trabajar”, añadió McDonald.
Ambas políticas estuvieron este viernes en el ‘Titanic Exhibition Centre’ de Belfast, la capital norirlandesa, en uno de los centros de votación donde todavía se prosigue con el conteo. Allí se codearon con sus fieles y con una masa de reporteros y fotógrafos que esperaban las primeras declaraciones de las representantes del Sinn Fein.
O’Neill aseguró que quiere «trabajar en cooperación con otros» para buscar soluciones a los problemas que afectan a la sociedad norirlandesa como «el coste de la vida o la sanidad».
El DUP no quiere entrar en un Ejecutivo liderado por el Sinn Fein
El Partido Democrático Unionista (DUP), partido mayoritario durante las últimas dos décadas en Irlanda del Norte, ha asegurado este viernes que no entrará en un Gobierno liderado por los los nacionalistas republicanos mientras las conversaciones entre Bruselas y Londres no terminen con la derogación del protocolo del Brexit en el norte de la isla.
«Hasta que no se resuelva este asunto podrán celebrarse las elecciones que quieran, pero no habrá Gobierno hasta que no arreglemos la cuestión del protocolo», remarcó el parlamentario del DUP Ian Paisley.
Las líneas generales del protocolo buscaban una armonización con la legislación de la Unión Europea así como inspecciones y controles de las mercancías que entren en Irlanda del Norte desde el resto del Reino Unido o países terceros y derechos de aduana a los productos que entren a este territorio desde cualquier otra parte del Reino Unido. En paralelo, el protocolo impide una frontera dura entre las dos Irlandas, una pieza clave para el proceso de paz.
Dicho documento forma parte de los acuerdos del Brexit que firmaron Londres y Bruselas y entraron en vigor el 1 de enero de 2021. Durante las negociaciones del Brexit, el Reino Unido y la Unión Europea subrayaron la situación extraordinaria de la isla de Irlanda y la necesidad de proteger el Acuerdo de Viernes Santo, que puso fin al conflicto, evitando una frontera física entre las dos Irlandas y apostando por la cooperación entre el norte y el sur.
No obstante, la medida aumenta los controles entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, algo que rechazan tajantemente los unionistas. La extensa burocracia tras la entrada en vigor del Brexit generó escasez de productos y diversas tensiones políticas en la isla, especialmente entre la comunidad unionista-protestante, cuya posición dominante está en riesgo, un extremo que han confirmado los comicios autonómicos del jueves.
En febrero, el DUP forzó la disolución del Ejecutivo y ahora, tras las elecciones, se ha mostrado reacio a presentar un candidato para ministro principal adjunto en caso de que el conteo oficial formalice lo que han transmitido los datos preliminares.
Según los acuerdos de paz del Viernes Santo, los partidos están obligados a co-gobernar dentro del mismo Gabinete. Ni el puesto de ministro titular ni el de ministro titular adjunto pueden existir sin el otro. Aunque tengan un peso similar, el simbolismo del ministro titular ha sido siempre un balón de oxígeno para el unionismo, que ahora rechazaría que ese puesto cayera en manos de los republicanos del Sinn Fein, concretamente de Michelle O’Neill.
Inglaterra también celebró comicios: los conservadores perdieron bastiones importantes
El jueves Inglaterra también se reencontró con las urnas en unos comicios municipales parciales que tenían la mira puesta en los conservadores del primer ministro Boris Johnson, cuya popularidad se ha visto afectada, entre otras cosas, tras los escándalos del ‘Partygate’, las fiestas en Downing Street en las que Johnson participó durante los confinamientos por la pandemia.
Con el recuento casi finalizado, los conservadores, conocidos como «tories», han perdido 341 concejales en detrimento del Partido Laborista y el Liberal Demócrata.
Aunque los comicios tuvieron lugar en menos de la mitad de los ayuntamientos de Inglaterra, según una proyección de la BBC recogida por EFE, si hubieran tenido lugar en todos los ayuntamientos del Reino Unido, los laboristas hubieran obtenido el 35% de los sufragios, un 5% más que los conservadores.
Johnson reconoció este viernes que su formación ha obtenido resultados «duros» pero también «avances».
«Son comicios a mitad de legislatura. Los resultados son variados», declaró en una comparencia a la salida de un acto en Londres.
«Tuvimos una noche dura en algunas partes de Inglaterra pero, por otro lado, en otras los conservadores hemos avanzado y hemos logrado mejoras significativas en lugares que no nos habían votado en mucho tiempo o incluso nunca», afirmó Johnson restando importancia a la pérdida de más de 340 concejales.
El ‘premier’, ante las preguntas de la prensa, asumió «por supuesto» la responsabilidad del mal resultado en las urnas.
En línea con lo pronosticado por los sondeos, los ‘tories’ han sufrido una debacle en la ciudad de Londres, perdiendo por primera vez desde 1964 el distrito de Westminster, donde se ubica la residencia de Downing Street; y el distrito de Wandsworth, un área acomodada del sur londinense que tenían desde 1978.
El actual líder de los laboristas, Keir Starmer, celebró el «fantástico» resultado en las municipales y calificó de «punto de inflexión» su victoria en algunos distritos históricamente conservadores.
A pesar de la victoria electoral, Starmer no pudo festejar el avance laborista porque este viernes también se supo que Scotland Yard, la Policía Metropolitana de Londres, le investigará por haberse saltado, presuntamente, las restricciones durante la pandemia cuando salió a tomar unas cervezas con compañeros de partido a un pub en abril 2021, mientras las reuniones de trabajo estaban permitidas cuando fuera estrictamente necesario.
Escocia se pintó de rojo laborista
Los conservadores británicos perdieron más de 60 concejales en Escocia, un saldo que favoreció al Partido Laborista, que se erige como segunda fuerza municipal tras el Partido Nacional Escocés (SNP).
Douglas Ross, el líder escocés de los ‘tories’, achacó los malos resultados de la formación a los escándalos protagonizados por Boris Johnson, a quien ya pidió su dimisión hace semanas.
«El primer ministro no puede simplemente ignorar el mensaje que han enviado los votantes, no solo aquí en Escocia sino en todo el Reino Unido», afirmó Ross.
Por su parte, el diputado conservador escocés Tobias Ellwood, subrayó que los apoyos a los ‘tories’ están sufriendo una «hemorragia», por lo que exigió al líder de la formación que llame a una moción de confianza interna sobre su gestión.
Con información de France24…