La diplomacia humanitaria de Cuba, una política de Estado

Cuba es una isla misteriosa. Asolada por una crisis económica sin precedentes, abandonada por los turistas que aseguraban su supervivencia, mal equipada y aislada por un bloqueo tan antiguo como su Revolución, ha logrado, no obstante, controlar la epidemia de Covid-19 y brindar asistencia médica al resto del mundo.

La prevención y la solidaridad son uno de los valores de la Revolución castrista. Compartir y dar, supuestamente, definen la política de salud de Cuba. Con las brigadas internacionales, los médicos cubanos han salvado millones de vidas en todo el mundo desde su fundación en 1965. Pero según algunos cubanos, la situación sanitaria en su propio país no ha mejorado desde la Revolución.

Todo comienza en la Facultad de Medicina de la ELAM, donde cubanos pero también extranjeros vienen a estudiar, totalmente –o casi– gratis. Los extranjeros regresan a su país agradecidos por la educación que les ha brindado Cuba, y la mayoría de los estudiantes cubanos se incorporan a las brigadas médicas.

Para Eunis Roberto Legrá Salas, es “uno de los principales objetivos por los que uno quiere ser médico” y “saber que representas esos ideales de tu país es extraordinario”. Para el Estado, estos médicos son el símbolo del orgullo cubano. Pero también, es una buena propaganda para el país devastado por una crisis económica.

Los doctores Salomón y Martínez hacen parte de los de la brigada internacional que no regresaron a su país. Denuncian las condiciones de trabajo dentro de las brigadas y la situación sanitaria en Cuba, donde los médicos son buenos, pero carecen de equipos y medicinas.

Con información de France24